Julio Cano Lasso

Madrid, 1920-1996

En el entorno familiar de Julio Cano Lasso no había referentes relacionados con el mundo de la arquitectura. El mismo arquitecto afirma que encontró su vocación en el ejercicio de la profesión, una vez ya estaba matriculado a la escuela de Madrid a la que llegó más por intuición que por verdadero convencimiento. El inicio de su carrera profesional ─terminó sus estudios en 1949─ coincidió con la posguerra. En ese momento las autoridades promueven la llamada “arquitectura imperial”, cuyo máximo ideal era la arquitectura renacentista herreriana. Julio Cano Lasso reconoce haber comulgado con estos ideales antes de darse cuenta de que era una arquitectura poco adecuada para su momento histórico. La arquitectura racionalista no era apreciada en su periodo como estudiante, sin embargo, reconoce influencias de arquitecturas italianas de la época fascista como las obras de Giuseppe Terragni, Adalberto Libera, Giuseppe Vaccaro o Luigi Moretti y los proyectos del EUR de Roma. También durante los años de estudiante colaboró en el despacho profesional del arquitecto clasicista y aristócrata Manuel Cabañes. Terminada la carrera, una visita a los Países Bajos acerca su interés hacía la arquitectura de la Escuela de Ámsterdam, en especial por la obra de Hendrik Petrus Berlage y Willem Marinus Dudok. Desde ese momento, el ladrillo visto será uno de los materiales recurrentes a lo largo de toda su carrera, así como también un gusto por la yuxtaposición de volúmenes de geometrías abstractas. Algunas de las obras conclusivas de su carrera, en especial los edificios de viviendas de la década de 1980 no esconden su afinidad con la arquitectura holandesa que conoció en su juventud.

Sus primeras obras construidas se alinean con la expresividad propia de la arquitectura moderna. El conocimiento e interés por la arquitectura clásica será la base sobre la que se sustenta una arquitectura dominada por la funcionalidad, el orden y la proporción, coherente con el racionalismo arquitectónico sin olvidar su enraizamiento con la tradición, pero sin hacerlo evidente mediante la introducción de elementos de lenguaje historicista. En sus años de juventud trabajó en el Instituto Nacional de Industria a las órdenes del arquitecto Fernando Moreno Barberá.

La vivienda social fue una de las tipologías a las que dedicó atención en las primeras décadas de 1950, participando en la fase G de construcción del polígono Gran San Blas junto con José Antonio Corrales Gutiérrez, Luis Gutiérrez Soto y Ramón Vázquez Molezún. En solitario construyó el polígono de Vite en Santiago de Compostela, donde introdujo elementos de la arquitectura tradicional. También asumió proyectos de vivienda burguesa como el edificio de la calle Espalter de Madrid. Toda su carrera estará puntuada por la experimentación en los edificios plurifamiliares de vivienda que, a menudo, firma en colaboración con otros arquitectos. A lo largo de los años, sin embargo, recibió encargos de mayor tamaño, dedicándose a todo tipo de tipologías entre las que destacan los edificios destinados a la educación como las Universidades Laborales de Almería, Albacete y Lardero, entre otros.

Ya en la década de 1960, Cano Lasso se convirtió en colaborador habitual de la Compañía telefónica para la cual construyó tanto edificios para albergar infraestructuras como sedes corporativas y oficinas. Con los años se fue reconociendo de su obra el rigor y el uso comedido de la tecnología en la construcción, a pesar de que recibió encargos de edificios que se caracterizaban precisamente por albergar programas dedicados a las tecnologías más avanzadas de la telecomunicación; también por su capacidad de organizar con maestría extensos programas funcionales.

Su carrera profesional se extendió hasta inicios de la década de 1990, prácticamente hasta el final de su vida. De su obra tardía destaca el Pabellón de España de la Exposición Universal de Sevilla, cuya dirección de obra terminaría por abandonar por discrepancias con la organización. A lo largo de su vida profesional participó en más de un centenar de concursos.

Cano Lasso fue un gran dibujante, destacan sus series de dibujos de perfiles de ciudades españolas a carboncillo. Participó activamente en la docencia y la vida académica, siendo profesor en la ETSAM. En 1982, fue elegido miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, reflejando su prestigio en el ámbito cultural y arquitectónico de España. En 1991, recibió el Premio Nacional de Arquitectura y la Medalla de Oro del Consejo Superior, reconociendo su contribución al desarrollo de una arquitectura moderna y contextual.

Biografía a cargo de Roger Subirá

Bibliografía

MARTIN ROBLES, Inés, PANCORBO CUESTA, Luis, La tradición en Julio Cano Lasso, Rueda Editorial, Madrid, 2019.

CANO LASSO, Julio, Julio Cano Lasso, Naturalezas, Ministerio de Obras Públicas, Madrid, 2012.

AAVV, Cano Lasso. Medalla de Oro de Arquitectura 1991, Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, Madrid, 1991.

CANO LASSO, Julio, La ciudad y su paisaje, Edición del autor, Madrid, 1985.

AAVV, Cano Lasso: dibujos y notas. Julio Cano Lasso 1970-77, Taller Ediciones JB, Madrid, 1977.

CANO LASSO, Julio, RIDRUEJO, Juan, Fuentelarreina, tres propuestas de arquitectura naturalista, Taller Ediciones JB, Madrid, 1977.

Nueva Forma 72-73 [número monográfico dedicado a Julio Cano Lasso], Madrid, 1972.

Edificios de Julio Cano Lasso

22 edificios

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