Fábrica de gas y electricidad de Oviedo: 1.Almacén de carbón / 2.Edificio de servicios múltiples / 3.Edificios frente a la calle Paraíso

Este conjunto industrial para producción de energía en medio urbano queda delimitado mediante una cerca en el interior de una manzana cerrada, limítrofe con el Oviedo medieval. La instalación se remonta a la década de 1830, pero, desaparecida la mayor parte de construcciones del XIX, buena parte de los edificios se sitúan en el tercio central del XX. En él conviven elementos para la obtención de gas, electricidad y subproductos del cok, con laboratorios, almacenes y talleres anejos. También contiene oficinas, despachos y servicios para el personal, como comedor, economato, servicio médico e incluso algún alojamiento.

Todo ello se integra en un conjunto definido físicamente y de disposición racional, que ha evolucionado a lo largo de dos siglos y ha adquirido un valor documental como testigo de una época pasada y un carácter emblemático para la ciudad.

La cohesión espacial, los materiales empleados (hormigón armado, ladrillo macizo, paños vidriados), la amplitud de los espacios interiores y los destacados volúmenes construidos, entre los que destaca el cilindro del gasómetro, así como los variados alzados, impregnados de racionalidad constructiva, convierten el conjunto en un singular ejemplo del Movimiento Moderno en Asturias, gracias a la participación de Vaquero o Sánchez del Río.

Edificios frente a la calle Paraíso

La fábrica de gas dispone un cuidado frente a la calle Paraíso, integrado por piezas levantadas entre 1880 y 1960, éstas se presentan entre medianeras, con escaso fondo y cuidadas fachadas. Les confiere unidad la altura homogénea, la alineación y el aplacado cerámico azul, de valor plástico y metafórico, que completó Rodríguez Balbín hacia 1960.

La portería se organiza como un pasadizo en torno al acceso principal; destaca la reformada puerta en arcada de piedra que funciona como atractivo reclamo con el alicatado policromo. El proyecto de García Lomas fue realizado por Casariego en 1925, en una línea regionalista.

En 1933 Vaquero amplía las oficinas con una obra que ofrece un diseño racional en la parte trasera: huecos en faja y muros lisos, ángulo resuelto en rotonda (que duplica la curva del desaparecido gasómetro) y cubierta plana, oculta a la calle mediante un ático.

En 1935, Vaquero crea la vivienda del director. Las plantas y el altillo equilibran sus volúmenes geométricos; se advierte la voluntad de integración de las artes en la cuidada escalera rematada con una linterna vidriada, de valor escultórico, o en el tratamiento de la fachada, compuesta como un cuadro abstracto, con paños lisos de azulejos en los que se recortan variados huecos sin moldura. El conjunto se remata con una terraza que dispone de una pérgola alicatada.

Edificio de servicios múltiples

Este pabellón de usos múltiples entre medianeras no dispone de frente a la vía pública. La estructura de hormigón manifiesta un interior distribuido libremente; en los muros de cierre se han abierto huecos corridos. La planta adopta la forma de heptágono irregular y se desarrolla en dos plantas y un altillo. Albergó un garaje en la planta baja; la biblioteca, el comedor, el laboratorio de gas y los contadores en la planta piso; y los contadores y el laboratorio de electricidad en el altillo.

Posteriormente fue rehabilitado para alojar las oficinas de Hidroeléctrica del Cantábrico. Entonces las plantas se organizaron con dependencias en torno a un pasillo central. La fachada opone dos partes: una tradicional, que se desarrolla de una manera horizontal y explota cromáticamente el ladrillo, la sillería y la teja árabe empleados, y en la cual se integran armónicamente unos arcos recuperados de las casas que se demolieron para abrir la plaza de la catedral.

La otra se corresponde con el ángulo resuelto en curva y alberga la escalera, acusada en un cuerpo en forma de torreón que está iluminado por un hueco vertical; carece de decoración y en ella destacan los vanos corridos, la cubierta plana con barandilla de remate y la marquesina de gran vuelo. Aunque existe un proyecto algo diferente de Miguel García Lomas (1932), se constata la participación de Joaquín Vaquero en su diseño y construcción (1933).

Almacén de carbón

Dentro de la fábrica de gas, en una zona elevada y sin frente a la vía pública, se alza una singular estructura de pilares y vigas de hormigón armado. Se proyectó en 1933 como cubrición a unas instalaciones ya existentes, mediante un organismo flexible que se adapta al desnivel del terreno, de manera que asegure el adecuado desenvolvimiento del programa y el ajuste de su forma a las construcciones que la rodeaban. Esta estructura se compartimenta en un depósito de combustible servido por puente grúa, un área para su calcinación en baterías de cok y elementos para la fabricación del gas. La distribución se resuelve mediante plataformas a diferente nivel, destinadas a usos diferenciados, y finas losas en voladizo situadas sobre los accesos y acabadas con remates aterrazados.

Los volúmenes desnudos crean una significada composición; la rotunda chimenea y el cerramiento de vidrio que la integra y le confiere carácter arquitectónico, otorgan corporeidad a la construcción frente a la sensación de ligereza de los esbeltos pilares que sustentan las plataformas. La cuidada ejecución de las escaleras y marquesinas, y la esbeltez y el carácter escultórico de los elementos estructurales, reflejan la fuerza expresiva del hormigón y su capacidad para conjugar funcionalidad y belleza. Se atribuye al ingeniero Sánchez del Río.
Mª Fernanda Fernández Gutiérrez