Industria y energía en la cornisa cantábrica

La industria siderúrgica en Asturias

La historia industrial de Asturias tiene en el año 1948 uno de sus referentes cuando se crea la Empresa Nacional de Aluminio (ENDASA) que se instala en Avilés. Pocos años después el Instituto Nacional de Industria (INI) decide crear la Empresa Nacional Siderúrgica, SA (ENSIDESA), para dar un impulso definitivo a la industria siderúrgica en España. Debido a la existencia en Asturias de una industria siderúrgica previa, ese mismo año se decidió que el lugar idóneo para su localización sería también Avilés.

Los pantanos de Franco

La industria necesitaba energía constante, abundante y fiable. A pesar de que la construcción de pantanos está claramente asociada a la obra pública de los primeros años del franquismo, lo cierto es que el régimen retoma planes anteriores de la dictadura de Primo de Rivera e incluso de los años de la República. La importante sequía que sufrió España en la década de 1940 también conllevó una escasa producción de electricidad que lastraba el crecimiento potencial de la industria española. Esto convenció a las autoridades que estos planes anteriores debían hacerse más ambiciosos en la escala y cantidad de los proyectos.

Los saltos de Asturias: Joaquín Vaquero Palacios

Joaquín Vaquero Palacios recibe el encargo de construir una serie de centrales hidroeléctricas en su Asturias natal. Hidroeléctricas el Cantábrico, la empresa de la cual recibe el encargo, proviene de las empresas que fundó su padre, pionero de la construcción de saltos para el aprovechamiento energético en Asturias. Estos trabajos se convierten en un extraordinario ejemplo de integración de las artes y la arquitectura: el Salto de Salime, la central de Proaza y la decoración de la central eléctrica de Miranda son ejemplos únicos el mundo de la unión de ingeniería, arquitectura y arte.

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