Escuela Nacional de Niñas Teresa Comino

De mayor depuración racionalista que su análoga para niños, obra del mismo autor, esta escuela se sitúa en una posición urbana más periférica, presentándose la edificación de forma exenta. El carácter dotacional del edificio se expresa a través de la nítida volumetría prismática y blanca, con cubierta plana, que queda reforzada por la detallista inclusión de elementos de ladrillo visto esencialmente en el zócalo, en el apilastrado de algunos huecos de fachada, en el avitolado de delgadas cenefas horizontales coincidentes con las alineaciones de las ventanas y en el remate a sardinel de todo el edificio a modo de contenida cornisa.

La composición de cuerpos y alturas se asemeja a la del colegio de niños, incluida la torre de la escalera, con la esencial diferencia de que la entrada principal la sitúa en la otra fachada, según un porche abierto en esquina. En esa fachada, un volumen apaisado de dos alturas de expresividad cubista queda ritmado por la pautada y nítida posición de las ventadas en ambas plantas. En este caso obvia los recursos verticales de composición para reforzar la composición horizontal, acentuada por el tallado y articulado de los volúmenes parciales del edificio.
Francisco Daroca Bruño