Cines modernos, aquellos espacios para soñar

Las primeras experiencias arquitectónicas

Tras la proyección de los Lumière en 1895, el nuevo “divertimento” se extendió imparable por toda Europa. A los pocos meses, se proyectaban filmaciones en Madrid, Barcelona, Valladolid, Sevilla, Lisboa, etc.  La demanda de espacios para la nueva industria inicialmente se satisfacía en espacios al aire libre, barracas de feria, salones particulares o cafés, pero, en los primeros años del siglo, empezaron a diseñarse espacios específicos cuya estética buscó la modernidad y, en ese comienzo de siglo, los empresarios la encontraron en la arquitectura modernista. Modernidad que, a partir de la década de 1920, acaparó la arquitectura racionalista y a partir de la década de 1930, el art decó.

La década de 1930, década de oro de los cines

Más de 25 de estos cines modernos registrados en el ámbito ibérico, racionalistas y art decó, se proyectaron en la década de 1930. De entre ellos, cinco son los que más interés nos suscitan además de ser de los mejores ejemplos. Tres, realizados entre 1930 y 1931, se sitúan en Madrid. El primero, el Cine-Teatro Fígaro, proyectado por López Delgado, con su doble debate entre un espacio para cine o teatro, escenifica la irrupción de la modernidad en Madrid con su publicación en el número 5 de la revista AC. El Cine Barceló de Gutiérrez Soto, a su vez cine interior y de verano al aire libre en su cubierta-cine, es el mejor exponente de la obra de “el arquitecto de los cines”. El tercero, el Cine Capitol, situado en el edificio Carrión de Feduchi y Eced, fruto de un concurso de ideas terminado como un encargo directo, va a convertirse en imagen de la Gran Vía y en emblema de la ciudad. Los otros dos se sitúan en Portugal. Son el Cineteatro Capitólio de Lisboa, proyectado en 1929 por Luís Cristino da Silva y una de las primeras obras de Modernidad en Portugal, y el Cineteatro Coliseu de Cassiano Branco en Oporto, realizado en 1939, con una solución entre medianeras con estética art decó.

El esplendor del cine y los cines

Tras este comienzo soberbio, en la posguerra española y durante la política de Oliveira Salazar en Portugal, una incontestable popularidad del cine ocupó los mejores ámbitos en las avenidas de las ciudades, grandes o pequeñas, llegando en España a colonizar sus barrios en las décadas de 1950 y 1960. Ocuparon bajos comerciales y patios de edificios de viviendas. Madrid, entre 1930 y 1970, llegó a tener más de 160 espacios de cine, Barcelona más de 100 y Valladolid más de 40. De entre todas estas salas, las que más deslumbraron tenían las firmas de arquitectos como Felipe López Delgado, Luis Gutiérrez Soto, Luis María Martínez-Feduchi, Casto Fernández-Shaw, Pedro Muguruza, Cassiano Branco, Artur Andrade, Luís Cristino da Silva, Francisco de Asís Cabrero, Miguel Fisac, Julio Cano Lasso o Antonio Fernández Alba, como algunas de las referencias obligadas.

Decadencia

Los cines terminaron incluyéndose, cobijados o de modo independiente, como parte incuestionable de proyectos docentes en colegios, facultades o edificios sociales. Fueron diseñados para compartir otros usos, con salones de actos, teatros o capillas, pero semanalmente se proyectaba cine convirtiéndose así en un espacio moderno habitado por los sueños del celuloide. Tras la popularización de la televisión, la perdida de asistencia masiva a los cines obligó a cambiar de formato para sus proyecciones, sustituyéndose o transformándose en multicines en la década de 1980, para terminar, en la de 1990, arrinconados en grandes centros comerciales. En la actualidad, salvo excepciones, las antiguas salas de cine únicamente conservan su cerramiento, recordándonos el lenguaje arquitectónico que aún mantienen, en su interior, casinos, ferreterías, supermercados, tiendas de moda, discotecas, gimnasios o entidades bancaria, etc., todo vale. Hacer un recorrido por estos edificios que se incluyen en el Registro Docomomo Ibérico es disfrutar y conocer algo más de ellos y, a la vez, comprobar, con nostalgia o saudade, el triste final de muchas de estas arquitecturas modernas que, como el cine, deslumbraron a varias generaciones.

• Em profundidade La arquitectura de los cines del movimiento moderno en la península ibérica