El origen de la arquitectura moderna según William Curtis

Enciclopédia

William Curtis empieza su libro titulado La arquitectura moderna desde 1900 con una reflexión a este respecto:

“El historiador que se propone escribir una historia de la arquitectura moderna ha de empezar necesariamente con una definición de su tema. Muchas épocas pasadas han calificado sus propias arquitecturas de “modernas”, por lo que el término en sí mismo es escasamente distintivo. La “arquitectura moderna” […] fue una creación de finales del siglo XIX y principios del XX y se concibió como reacción al supuesto caos y al eclecticismo de los diferentes revivals o “revitalizaciones” de las formas históricas que tuvieron lugar a principios del siglo XIX. Fundamental para el ideal de una arquitectura moderna fue la noción de que cada época del pasado había poseído un estilo propio y auténtico, expresión del verdadero sentido de su tiempo. Según esta misma visión, se supone que se produjo una ruptura hacia mediados del siglo XVIII, cuando la tradición renacentista se tambaleó, dejando un vacío en el cual desembocaron numerosas adaptaciones y recombinaciones “no auténticas” de las formas del pasado. Así pues, la misión consistía en redescubrir el verdadero camino de la arquitectura, sacar a la luz formas adecuadas a las necesidades y aspiraciones de las sociedades industriales modernas y crear imágenes capaces de encarnar los ideales de una “era moderna” supuestamente diferenciada”.[1]


[1] “Introducción”, en CURTIS J.R., William, La arquitectura moderna desde 1900 [1982], Phaidon Press Limited, Londres, 2006 (tercera edición revisada, actualizada y ampliada), pág.11.

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