Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios

El solar que ocupa se origina del encuentro entre las tramas que generaron el trazado urbano del barrio de Los Remedios; los arquitectos se decantaron por ubicar el eje de la iglesia en la infrecuente posición norte-sur. La presencia de una cripta, obra de José Granados de la Vega, condiciona la disposición de la iglesia, que se coloca sobre ella, estructurando dos niveles de funcionamiento independiente: el inferior de la cripta, con acceso mediante una revisión del patio inglés, y la iglesia, construida encima y elevada respecto al espacio público.

El templo, estructurado en tres partes caracterizadas por su función y volumen (crujía de entrada, nave y presbiterio, perfectamente reconocibles en la composición de las fachadas laterales), presenta planta rectangular de 50 m de fondo por 25 m de anchura, que se apoya sobre el muro perimetral de hormigón armado de la cripta existente. La crujía de entrada formaliza la fachada sur de la iglesia, a los pies de la misma, con estudiadas proporciones geométricas de tradición clásica (apreciables también en las fachadas laterales), cuatro apoyos centrales en forma de U de hormigón armado, con dos muros laterales de cerramiento y una visera volada de coronación que remata esta fachada principal. Entre los apoyos centrales de la fachada se sitúa un gran recuadro laminar volado, con tratamiento escultórico de José María Subirachs, bajo el que se ubica la puerta de entrada.
Ignacio Capilla Roncero, Amadeo Ramos Carranza e Ignacio Sánchez-Cid Endériz