Grupo Quevedo

La colonia está ubicada en las afueras de Tafira, lugar de veraneo de la nueva burguesía comercial emergente en la década de 1930.

El grupo, que carece de estructura urbana y que está mezclado con viñedos, está compuesto por grandes parcelas con exuberantes jardines en torno a las vías de acceso principales. El conjunto dispone de seis viviendas pareadas y una aislada, en una parcela irregular y en pendiente, y posee un acceso desde la antigua carretera de acceso a Tafira, el Camino viejo. Un zócalo escalonado resuelve el pronunciado desnivel que presenta la calle; también alberga los garajes, y sirve de soporte a una terraza ajardinada sobre la que se sitúan las viviendas, que se retranquean respecto de la calle, lo que les dota de mayor intimidad y de vistas hacia el paisaje. El basamento como mecanismo de adaptación al lugar, un recurso muy utilizado por Mies van der Rohe, cuestiona uno de los tópicos de la modernidad: la autonomía de la arquitectura con respecto al entorno.

El grupo Quevedo, a diferencia de la colonia ICOD, que responde más a un clasicismo racionalista, presenta un racionalismo propio de la corriente alemana y del neoplasticismo. Establece giros de volúmenes abombados en diferentes orientaciones, cubiertas tratadas como lugares habitables, con el cuerpo superior retranqueado como tapa o sombrero, y quiebros de la simetría. Esta última característica, la ruptura de la simetría, se produce en las viviendas pareadas, concretamente en el giro de 90º de la habitación curva, que corresponde al comedor o a la sala, según los casos. Este muro curvo continúa ciego en la planta superior de los dormitorios, y enfatiza aún más el giro, que, al llegar a la cubierta, se remata con un hueco rectangular, con clara intención de enmarcar el paisaje a la manera lecorbusieriana. En la planta baja, el hueco se resuelve con ventanales alargados, con las características fenêtres en longueur de carpintería de acero que, en aquella época, provenían de Inglaterra. Pero estos giros de volúmenes, además de realzar los aspectos formales, proporcionan unidad al conjunto y lo adaptan a la difícil topografía del solar. La intención de vincular la vivienda al contexto más inmediato y a la ciudad es una novedad en aquella época, y constituye una de las constantes en la trayectoria de Martín, ya que la encontramos en otras obras suyas, como las colonias ICOD o Alvarado.
Magüi González