Fábrica de la Cross

Como consecuencia de las orientaciones económicas que se ponen en marcha a partir de los primeros años de la década de los cincuenta, se desarrollan una serie de empresas entre las que se encuentran las de los fertilizantes y los productos químicos. Fruto de estas iniciativas es la instalación en Galicia de las factorías de la empresa Cross, con dos fabricas de notable interés en La Coruña y Pontevedra. La primera ha desaparecido prácticamente mientras que la segunda aún está en pleno uso, con algunas alteraciones respecto a la original justificadas por su puesta en marcha.

El conjunto inicial constaba de edificios de producción, naves de almacenamiento, edificios administrativos, viviendas de técnicos y dirección, depósito de agua e instalaciones deportivas. La pieza de mayor interés de este complejo, cuyas edificaciones se conservan en parte, es el gran espacio de almacenamiento, concebido como una gran estructura de hormigón que organiza espacialmente todo el conjunto. La nave central, de considerable altura, está constituida por una cubierta curva de arcos triarticulados y atirantados; a ambos lados, una serie de bóvedas organizan unas naves laterales de inferior altura, lo que permite resolver la iluminación y facilitar el arriostramiento del conjunto. Esta estructura omnipresente define toda la obra de un solo trazo: los autores recorren caminos similares a los de A. Perret en su sastrería Esders (París, 1919) y recogen su idea del “abri souverain”, confiando a la potente estructura la resolución de los problemas fundamentales del edificio y sus condiciones permanentes, una solución que posibilita todos los cambios derivados de los diferentes usos temporales que puedan tener lugar. Este feliz planteamiento permite la adaptabilidad del espacio a los cambios, y nos remite a la eficacia y a la capacidad de permanencia de su arquitectura.
Celestino García Braña