Edificio en el Paseo Marítimo

La planta del edificio es un ejercicio compositivo que busca conciliar la alineación este-sureste de la fachada principal al Paseo marítimo Ciudad de Melilla con una orientación sur para las estancias habitables de las viviendas. De esta manera, la pureza y rotundidad del alzado tripartito esconde una realidad mucho más rica y compleja, producto del giro de los ejes estructurales hacia dicha orientación óptima, lo que los sitúa en un ángulo agudo con respecto a la línea litoral. Las dependencias producen así un borde en diente de sierra que, sin embargo, no resulta evidente al exterior debido a los antepechos de los balcones, que sí quedan alineados a vial.

De este modo, el edificio se pliega en torno al borde del solar con mejor orientación y vistas, agrupando la edificabilidad en este tramo del lindero. El resto del solar, adyacente las calles traseras, presenta una altura de única planta que alberga el garaje. De forma paradójica, esta trasera casi ciega ocupa totalmente la planta, mientras que el frente marítimo en el que se alinean las viviendas se alza sobre unos esculturales soportes tronco-piramidales de hormigón visto que aligeran la planta baja proporcionando diafanidad y transparencia, especialmente en las dos esquinas al paseo.

Con esta disposición resultan dos fachadas contrapuestas que podrían denominarse “exterior” e “interior”. Esta contraposición es reflejo de la organización de la planta y queda subrayada en el tratamiento de huecos, voladizos, materiales e incluso colores, mostrando soluciones similares a las ensayadas anteriormente en el conjunto Playamar: resulta así un acusado contraste entre la horizontalidad y apertura de la fachada al mar con la opacidad y verticalidad del alzado posterior, que se subraya con superficies en tonos claros en el primer caso y terrosos en el segundo.

Luis Ruiz Padrón