Casa Esteller

Sobre una parcela rectangular de reducidas dimensiones se sitúa la primera obra del equipo Mora, Piñón y Viaplana. Se trata de una vivienda unifamiliar para un pintor casado.

El reducido programa de necesidades habitual en este tipo de vivienda se ve aquí ampliado con un estudio de pintura y un taller de cerámica con horno. El programa se desarrolla en dos plantas. Las estancias familiares y el taller se sitúan en planta baja. Los dormitorios y el estudio se instalan en la planta primera. Un eje longitudinal en planta baja estructura la organización de las distintas dependencias. A un lado del eje se sitúa el taller y, sobre el otro lateral, se suceden el salón, el comedor y la cocina. La planta primera repite el mismo eje, a partir del cual se van articulan el baño, los dormitorios, los dobles espacios y los vacíos sobre la planta baja. 

La iluminación cenital pone en valor el doble nivel en que se organiza el programa, que subraya la altura total del interior de la caja envolvente. Luces, visiones, encuentros y reencuentros constituyen los elementos básicos de un ritual que se organiza a través de un hilo conductor que los reúne y unifica. El sistema de espacios de circulación desempeña este papel a modo de espina dorsal. El recorrido como clave temática del proyecto aparece en esta primera obra y va a estar presente en numerosas realizaciones posteriores de los arquitectos. 

El interior, dinámico y expansivo, entra en conflicto con un límite exterior, definido por una geometría cúbica y elemental. Es el resultado de la descomposición de volúmenes que se nos ofrecen en elementos emergentes y penetraciones, así como en la trituración de los paños de pared. La fragmentación se utiliza como recurso expresivo a través del cual se resalta la corporeidad del edificio. 

«El carácter confuso del lugar empujaba al recogimiento y al silencio.

En el exterior de la parcela no se debía diferir de los muros de los almacenes vecinos. 

En el interior, el concreto volumen de la casa (……), el jardín sin vegetación y, como testigo, silencioso, un solo pez.

Como estrategia proyectual la elección de una tipología compacta y cerrada que no establezca relaciones con el lugar”.

Josep Manuel Escuriola Serra y Jaume Prior Llombart