A Nacional

Representando un momento de afirmación y desarrollo industrial de esta empresa centenaria, el conjunto, proyectado entre 1948 y 1956, incorpora modelos de actualización tecnológica y de concentración racional en una organización funcional del espacio. Ubicado dentro de un amplio complejo industrial, edificado a partir de la década de los años cuarenta del XIX que destaca por su enorme diversidad formal, el nuevo conjunto se beneficia de las vías de comunicación viarias, ferroviarias y marítimas, indispensables para una abastecimiento más sencillo de las materias primas y para dar salida a los productos.

Del programa inicial, concebido en 1948, se construyeron los edificios de limpieza y molienda, los almacenes de harinas y los silos (1949, 1958). Al proyectar por primera vez una unidad industrial, el emprendedor arquitecto Porfírio Pardal Monteiro respeta íntegramente las exigencias programáticas al proyectar tres volúmenes organizados en forma de U, formando un patio orientado al este, reserva para futuras ampliaciones y zona preferente para la circulación entre los edificios. Imponiéndose por su volumetría paralelepipédica, los edificios de limpieza y molienda y los almacenes de harinas, con estructura de hormigón armado, se desarrollan verticalmente, obedeciendo el primero a la lógica vertical de producción, que se organiza piso a piso, y el segundo a las funciones espartanas de almacenamiento. La verticalidad funcional de los silos se recoge y se extiende a los otros dos cuerpos, por la presencia de las miméticas lamas de hormigón vibrado, indispensables para el mantenimiento de las condiciones de temperatura y luz en el interior de los edificios, asegurando la inalterabilidad de los productos. El volumen depurado de estos volúmenes utilitarios, con un zócalo de mampostería de piedra y con un sobrio léxico formal, se queda quebrado por las lamas de ventilación y por los cuerpos de circulación lo que le confiere una plasticidad rítmica.

Respondiendo a un programa de concentración industrial en esta zona industrial moderna, el edificio de pastas alimenticias y bollería (1956) se ubicará al sur del primer conjunto. Para la inclusión de algunas funciones sociales (comedor) y dadas las ventajas arquitectónicas existentes, el ingeniero Pedro Pardal Monteiro (hijo del arquitecto Pardal Monteiro) proyectará, respetando el esquema racional del proceso de fabricación, un único edificio volumétricamente articulado. Marcado de manera decidida por los tres cuerpos horizontales y por el equilibrio alcanzado entre la cadencia de los bloques y las ventanas abiertas horizontalmente en los paños, el edificio se funde con el léxico geometrizante de todo este conjunto industrial moderno.
Deolinda Folgado