Marcel Breuer construyó, en 1970, la sede corporativa para Armstrong Rubber Co en Connecticut, un edificio de hormigón visto que expresaba, en su volumetría, los dos programas que albergaba: centro de investigación en la base y oficinas en la parte superior. Entre ambas, una planta vacía separa visualmente las dos funciones y confiere al conjunto una imagen característica.
En 1988, el edificio fue adquirido por la italiana Pirelli, que lo revendió a los pocos años quedando sin uso. En 2003, pasó a manos de IKEA, cuyo proyecto de instalar un hotel experimental nunca llegó a materializarse. En 2020, el edificio ha vuelto a cambiar de manos, adquirido esta vez por un arquitecto y promotor que retoma la idea de instalar un hotel, ésta vez de lujo y con la adopción de criterios Passivhaus.