Memoria
Fruto de un concurso restringido convocado por la Caja de Ahorros Municipal, este edificio no sólo es el hito fundamental de la historia de la arquitectura de Navarra en la década de 1930, sino la obra más importante de Joaquín Zarranz, único arquitecto navarro que se movió en el entorno del GATEPAC, formando parte, aunque con poca decisión, del grupo Norte.
La ubicación y el uso del edificio exigían una implantación con cierta fuerza, que Zarranz logró confiriéndole una escala notable en comparación con la de los edificios que por entonces poblaban el paseo; aun así, para mitigar el efecto excesivo que su volumen podía provocar, el arquitecto lo descompuso sirviéndose de retranqueos y escalonamientos que, además, acentúan la horizontalidad del conjunto y favorecen el entendimiento continuo de las fachadas, coronadas en el chaflán con una costilla. Este tipo de recursos parecen responder a una intención clara de Zarranz por expresarse en los términos de la modernidad vigente aquellos años, influida por los expresionismos centroeuropeos.
Son interesantes las viviendas, que están bien resueltas, así como las oficinas. En 1958 se añadió una planta más al ático que desvirtuó las proporciones del edificio. Como innovación técnica, el edificio disponía de persianas exteriores de madera, pero como algunas de las ventanas eran curvas, en ellas se emplearon persianas rígidas curvas, de guillotina, descompuestas en tres tramos que se recogían uno sobre otro, y que se mantienen aún hoy en día.
José Manuel Pozo
Uso original: Uso residencialVivienda colectiva
Reportaje fotográfico:
Categoría: Nivel A
Registro: La vivienda moderna