Pasaje del Complejo Carlos III

Al ocupar una gran extensión y gran complejidad la distribución de todo el conjunto, el pasaje sirve de conexión a todas las partes y aporta coherencia a la distribución de la planta baja y entreplanta. Gutiérrez Soto retomó la tradición decimonónica de calles cubiertas como solución tipológica para resolver las comunicaciones y conexiones del conjunto.

El pasaje tiene forma de T invertida, de tal forma que, el lado más largo es la calle interior que cruza desde Goya a Hermosilla, creando tres plazas interiores; las de los extremos iguales y la central es gran vestíbulo del edificio y donde se unen las dos galerías.

Existe un gran contraste entre los acabados y decoración interior y el aspecto exterior del edificio. El interior responde a los parámetros estilísticos de expresionismo de anteguerra, con la utilización de la curva y contracurva, las grandes superficies de terrazo in situ con diferentes motivos geométricos en los pavimentos, techos de escayola con figuras geométricas y luces indirectas, ventanas con pavés, etc. de la época del primer proyecto. En cambio, el exterior se modificó totalmente en el proyecto de 1947. Pilar Rivas Quinzaños. Servicio Histórico, Fundación Arquitectura COAM