Colegio y Talleres Santo Domingo Savio

A partir de una obra salesiana anterior, se encargó al arquitecto la construcción de un edificio destinado a la formación profesional, ampliado sucesivamente hasta ocupar prácticamente una manzana completa. Dispuesto perimetralmente en forma de U, el vasto edificio deja un gran patio central que permite una fácil vigilancia; los distintos cuerpos, de baja altura y carácter horizontal, se plantean de manera homogénea, y contienen, además de las aulas y talleres, una construcción exenta, la capilla y una residencia para los padres salesianos.

El edificio de aulas muestra la estructura de hormigón armado que enmarca unos cuidados paños de fábrica de ladrillo y vanos de vidrio para la iluminación de las clases. El cuerpo de mayor tamaño aloja los talleres de formación profesional; es un interesante edificio con cubierta de diente de sierra que utiliza parasoles laminares de hormigón armado. El espacio interior diáfano resultante, con iluminación cenital, favorece la introducción de maquinaria destinada a la enseñanza profesional.

Perpendicular y tras un sencillo edificio de ladrillo visto, se extiende otra ala de talleres de interés: con los mismos paraboloides de hormigón armado, pero esta vez sin inclinar; el arquitecto propone una cubierta continua e iluminación lateral en la planta alta, con el esquema estructural de hormigón armado visto y relleno de fábrica de ladrillo visto y paños de vidrio, rematado por la curiosa cubierta compuesta por múltiples triángulos que provocan un efecto repetitivo en la fachada principal.

La clara y funcional ordenación de la planta y la perfecta resolución del programa con escasos recursos estructurales, constructivos y formales, a pesar del tamaño del conjunto edificado, convierten el colegio salesiano en un ejemplo de gran coherencia.
Alberto Sanz Hernando. Servicio Histórico, Fundación Arquitectura COAM