Centro Nacional de Demostración Sanitaria

Gerardo Calviño, María Pérez Sheriff

1968 - 1976

Talavera de la Reina, Toledo, España

Denominación actual: Instituto de Ciencias de la Salud de Talavera

Denominación actual: Instituto de Ciencias de la Salud de Talavera

Autoria: Gerardo Calviño María Pérez Sheriff

Fechas 1968 1976

Colaboradores y detalle autoría:
William Tattom Brown (consultor jefe de la OMS y Arquitecto-Jefe del Servicio Nacional de Salud Inglés)
OF5 ingenieros.

Localización: Talavera de la Reina Toledo España

Dirección: Avenida de madrid s/núm. - 45600, Talavera de la Reina (Toledo) España

Memoria

El edificio desempeña una labor sanitaria y educativa muy importante en la comarca. Es un edificio concebido a partir de los postulados planteados por la comunidad médica en la Reunión de Le Vesinet (Francia) celebrada del 20 al 30 de marzo de1963 por la Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud para Europa, con los siguientes objetivos:

-Constituir laboratorios experimentales sobre el terreno, para la investigación de diversos problemas de salud pública.

-Crear zonas de demostración que sirvieran de banco de pruebas para diversos métodos de organización y administración.

-Aprovechar estas zonas para la formación de trabajadores sanitarios ligándolas a centros universitarios cercanos, que en este caso se localizaban en Madrid.

La iniciativa partió de un grupo de sanitarios de la Dirección General de Sanidad que apoyaban las iniciativas de desarrollo de la sanidad en el medio rural, seguidores de los postulados expuestos en Le Vesinet y que habían desarrollado experiencias pioneras en estos ámbitos en zonas del país como Tierra de Campos.

El diseño general se basa en el reparto del programa de necesidades formativas, sanitarias y residenciales en diversos edificios que se relacionan entre sí y con el jardín de la propia parcela. Los porches y las terrazas –poco habituales en estos edificios de carácter sanitario– dulcifican el diseño del conjunto, lo hacen permeable e inspiran –deliberadamente- bienestar a residentes y usuarios desde que se accede al complejo.

Destaca el tratamiento de las extensas y cuidadas zonas verdes como parte del programa de salud del centro, en complemento con las terrazas corridas dotadas de jardineras y que han permitido, a lo largo de la vida del centro, un considerable ahorro energético y una eficaz adaptación al clima continental de Talavera.

Las fachadas son de ladrillo visto pardo jaspeado, de uso frecuente en esos años, pero no muy utilizado en edificios sanitarios. Las carpinterías son de aluminio anodizado en su color y la cerrajería de los antepechos de las terrazas –con jardineras corridas en el proyecto– de tubo de acero esmaltado.

Las bandas de las terrazas, el escalonamiento del ala norte-sur más cercana al acceso principal, los espacios ajardinados entre los pabellones y el diferente estilo de fachadas de las diferentes alas de un mismo edificio, aportan una inusual amenidad al complejo utilizándose cubiertas inclinadas a un agua, en varios de ellos, junto a otras zonas rematadas superiormente mediante terrazas planas que se adaptan como transitables en algunas zonas, y a las que se asoman las palmeras plantadas en los diversos patios interiores del edificio principal.

No se aprecian criterios formalistas en el diseño de las fachadas que puedan entrar en conflicto con los criterios de rigurosa funcionalidad de cada zona, pero la fuerza expresiva de la ordenación de volúmenes, las bandas corridas de ventanas, las terrazas parcialmente voladas o los volúmenes de cubierta organizan un entorno caracterizado por una expresiva y cuidada arquitectura –con aires nórdicos a veces– donde incluso elementos menores como los cantos de las vigas en voladizo, una liviana pérgola metálica de conexión entre edificios o una torreta cilíndrica de ventilación en el rincón de uno de los espacios ajardinados se convierten en piezas de un conjunto coherente a pesar de su complejidad funcional y formal.

El conjunto no presenta innovaciones constructivas especiales, en comparación con otros edificios sanitarios de la época. Pero desde el punto de vista de su concepción, aboga por la escala humana fraccionando el programa en varios edificios, en lugar de enfatizar los aspectos institucionales y propagandísticos.

El edificio se construyó con una estructura de hormigón armado con vigas de notable canto y pronunciados voladizos sobre los que descansan las terrazas corridas que sirven a las habitaciones y a otras estancias. Las cocinas y otras instalaciones generales fueron objeto de un afinado diseño, disponiendo galerías para las instalaciones y sacando del edificio la central térmica por consejo de los asesores británicos del proyecto.

Gerardo Calviño había demostrado su destreza profesional en sus primeros proyectos realizados en Galicia y se había hecho cargo del Instituto de Microbiología de Majadahonda. María Pérez Sheriff se convirtió en una de las primeras mujeres que, titulada en la ETSAM, amplía estudios de urbanismo en los EE UU, vinculándose más tarde al ámbito de la arquitectura sanitaria tanto desde el Ministerio de Sanidad como del Consejo Superior de Arquitectos.

Esta obra es uno de los pocos ejemplos conocidos en los que se documentó la colaboración entre profesionales españoles y británicos en calidad de asesores de la OMS.

Javier Herce

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