Central Telefónica (Torrejón de Ardoz)

Este edificio está situado en el extremo suroriental del casco antiguo, donde su enorme masa de ladrillo visto se levanta como una muralla.

Los criterios de la Compañía de máxima sencillez y economía, tienen su reflejo en este volumen de rotunda simplicidad, donde existe un claro predominio del macizo de ladrillo sobre el hueco que, de esta manera, se convierte en elemento clave de la composición, respondiendo siempre a las exigencias del espacio a que está sirviendo. Esta misma correspondencia existe entre la planta y la fachada. La planta es alargada, un trapecio casi rectangular que se estrecha hacia el fondo y que curva las aristas en los encuentros de sus fachadas a la calle; en la norte con un radio más acusado, en la sur con el trazado de la escalera. El cilindro tras el que asciende ésta última queda en apariencia exento, de un lado, por una banda de carpintería de lamas metálicas, practicable en cada planta para el acceso de materiales y, de otro, por el retranqueo en la fachada principal por el que se ilumina el vestíbulo de cada planta y constituye el acceso en la baja. Por encima de éste discurre una marquesina de ladrillo a sardinel que recoge el paño de moldeados de vidrio y es apoyo de la ligera carpintería que configura el hueco que ilumina, casi a nivel de techo y por encima de una jardinera, prolongación al interior de la marquesina.

El edificio es el resultado del reformado del proyecto original. Éste contemplaba la construcción del sótano, semisótano, planta baja y primera. La realidad de un nivel freático poco profundo obligó al traslado de los delicados equipos que se preveían en el sótano. Por otro lado, se terminó de proyectar el ascensor, ya que, en principio, sólo se había previsto realizar el hueco del mismo.

Equipo redactor Arquitectura de Madrid y Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid. Revisión y adaptación: Servicio Histórico, Fundación Arquitectura COAM: Alberto Sanz Hernando. Colaboradoras: Margarita Suárez, Beatriz Gutiérrez, Miriam Martín, María José Mier y Silvia Mata