Casa Alves Costa

Implantada en un solar con pinar junto a la playa de Moledo, esta casa se proyectó para ser utilizada únicamente durante los fines de semana y las vacaciones. A excepción de uno, todos los dormitorios son colectivos; los espacios comunes se comunican alrededor de la chimenea, y en lugar de sofás lo que hay son cojines sobre una tarima.

Los espacios interiores están contenidos en dos cuerpos alargados que, casi siempre solidarios pero con extremos dispares, dialogan con dos de los límites del solar y determinan espacios interiores con un pie derecho en contraste. La inclinación de las aguas de la cubierta permite que tanto la parte delantera del cuerpo más estrecho, como la del cuerpo más ancho adquieran una escala llana. Ambos se fragmentan para dialogar con el frente curvo del solar.

En su regionalismo, la Casa Alves Costa aúna la razón del carácter pintoresco del paisaje, la alteridad del programa, y la voluntad de tomar la arquitectura de Aalto como modelo. En este caso se recrea la «arquitectura popular en Portugal» modernizando su diseño, garantizando el confort y creando plasticidad. En este sentido, esta casa puede considerarse el punto culminante de una genealogía de casas del Litoral Norte; una genealogía que tiene su origen en la folclorización de los volúmenes modernos mediante la introducción de materiales regionales o signos figurativos de carácter accesorio.
Sérgio Fernandez