Resumo
El Pabellón de Barcelona, diseñado por los arquitectos Cristian Cirici, Fernando Ramos e Ignasi de Solà-Morales en el periodo de 1981-6 (concebido como una reconstrucción del Pabellón Nacional de Alemania diseñado por Ludwig Mies van der Rohe y Lily Reich como parte de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929) incluyó un sótano de 1.050 m2 y 2,40 metros de altura libre que hasta ahora ha pasado desapercibido para la crítica arquitectónica. Tanto el Pabellón de Barcelona de 1986 como al Pabellón Nacional de Alemania de 1929 pueden ser descritos como dispositivos socialmente extensos (utilizando el término ‘dispositivo’ de la manera en que Agamben lo definió). El sótano, añadido en los 80 al diseño original de 1929, se hizo necesario para poder adaptar la concreción objetual del pabellón a la evolución de su red de socializaciones. Por medio de una metodología que combina el estudio documental y la etnografía de campo, este trabajo rastrea el papel que el sótano desempeña en la actualidad en la conformación de la experiencia de una numerosa comunidad de “visitantes-conocedores-de-Mies” que habitan temporalmente la planta superior del pabellón; así como el papel que juega en organizar a los “conocedores-de-Mies” como una audiencia coordinada; así como también la serie de prácticas y subjetividades subversivas que desafían y dotan de multiplicidad al diseño social que Cirici, Ramos y de Solà-Morales imaginaron, y de las que el sótano del pabellón participa y contribuye a producir.
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