Resumo
“…La creatividad, nacida conjuntamente de las necesidades materiales y, espirituales, de la complicidad entre técnicas e ideas. Es, al fin, ese complejo equilibrio, fácil o imposible, sin el que la arquitectura no puede ser calificada de tal.” Rafael de La-Hoz, (1975) 1 En la primera mitad del siglo XX, cuando las circunstancias sociales en Europa y América provocaron una demanda masiva de vivienda, y la respuesta de la arquitectura se inclinó a la utilización de las distintas alternativas tecnológicas en la búsqueda de una mayor industrialización de la construcción. Ello facilitó que durante estos años se provocase un gran avance de los sistemas europeos y americanos de prefabricación pesada, abierta y cerrada, consecuencia de la revolución maquinista, y se extendiese el uso de estas nuevas tecnologías como así demuestran innumerables ejemplos construidos. Las interpretaciones que se pueden hacer de la producción de este momento histórico son variadas y sobre todo iniciadas desde distintos ámbitos disciplinarios. Uno de estos ámbitos es el de la tecnología, y especialmente la incorporación de los procesos industrializados al nuevo lenguaje arquitectónico. Este enfoque del análisis a partir de la industrialización, en este momento histórico, adquiere un protagonismo especialmente interesante cuanto está relacionado con uno de los mitos de la modernidad: se deposita en el progreso tecnológico la capacidad de cambiar el orden establecido e inequívocamente provocar el progreso social y económico. Ya en 1920 Le Corbusier denominó la nueva casa como la “machine à habiter / máquina de habitar”, en claro posicionamiento de hacerla partícipe de la revolución industrial que estaba transformando el mundo. La Arquitectura debía preparase para dar paso a los procesos de racionalización, industrialización y prefabricación. Podemos establecer tres pilares fundamentales en los que se sustenta la revolución de la incorporación de los sistemas industrializados en la arquitectura y en los que se basa la estructura de la tesis: 1. La aparición de nuevas tecnologías y patentes que se traducen en el manejo de mecanismos ajenos al arquitecto y que requieren una habituación inicial en el manejo de estas nuevas formas de hacer. 2. Por otra parte, el importante papel a la responsabilidad social de la que el arquitecto moderno se erige en compromisario. Se pretende que estas nuevas formas de construir puedan resolver el problema del alojamiento tanto en rapidez de respuesta de ejecución como en condiciones de salubridad evidentes en Europa tras la segunda guerra mundial. 3. La técnica, como herramienta de esta nueva arquitectura adquiere también un papel que podría considerarse dentro del ámbito mítico. Ya que se posan en ella las esperanzas del nuevo lenguaje arquitectónico, con variables resultados. Es en este momento histórico, de relevante importancia para la Industrialización de la Arquitectura, donde se centra la presente investigación. Y más concretamente en el entorno territorial andaluz, donde destaca la figura del arquitecto cordobés D. Rafael de La?Hoz Arderius. De los arquitectos que formaron parte de este elenco nacional, la figura de Rafael de La?Hoz se considera adecuada para incorporarla en este estudio al ser reconocido por varios autores como un arquitecto siempre inmerso en la consecución del equilibrio entre los procesos tecnológicos y la arquitectura. Para argumentar los criterios en los que se basará el hilo conductor de la investigación recurriremos a este párrafo extraído de la Ponencia General de la apertura del XII Congreso Mundial de Arquitectos de UNIA, celebrado en Madrid, escrita por el propio Rafael de La?Hoz en 1975 sobre el tema “Creatividad arquitectónica”. “… la palabra CREATIVIDAD se entiende primeramente como capacidad para causar existencia y, en segunda acepción, marginalmente, como aptitud para innovar. Es una definición excelente, habida cuenta que la principal responsabilidad de un arquitecto no es ser genial, sino saber dar correcta solución a los cotidianos problemas humanos que le son confiados. Solamente cuando dichos problemas sean nuevos o carezcan de solución satisfactoria, si son antiguos, habrá que arbitrar nuevas opciones, en cuyo caso (y como excepción a la regla), además de darles correcta solución, el arquitecto precisará saber extrapolar hacia la originalidad.” En el mismo texto, realizando un ejercicio de reducción determina que “La creatividad como fruto exclusivo de la idea de composición… es el campo del formalismo, el esteticismo, la utopía. Se sacrifican las necesidades materiales a la estética. Se fuerzan las técnicas” Pero a continuación describe la situación opuesta: “La creatividad como resultado único de la aplicación de tecnologías. Es el brutalismo, el maquinismo, la mitificación de la tecnología ?convirtiendo en fin lo que es solo instrumento?, el alarde estructuralista, la panacea del muro cortina, las máquinas inútiles…” Desde este ámbito, entre Ideación y Tecnología, siguiendo las bases planteadas por K. Frampton en sus análisis de la Tectónica, se pretende realizar esta investigación. Para así, partiendo de este inicio, encontrar sus aportaciones a la génesis del proyecto arquitectónico en el terreno de la Creatividad. Si bien durante el recorrido de este estudio se hace alusión a muchas de las obras del arquitecto, y a otras aportaciones de otros autores, la metodología de esta investigación se ha basado en la selección inicial de tres de las obras de Rafael de La?Hoz, con el criterio de adecuarse a estos tres pilares fundamentales enumerados anteriormente y que sirvan como vehículo para el análisis de los mismos: 1. Para el apartado de las Nuevas tecnologías y patentes: Fábrica de Cervezas “El Águila”, 1956. 2. Responsabilidad social: Albergues provisionales en Córdoba. 1962 y Las Micro?escuelas, 1958. 3. Viviendas Ultrabaratas con el sistema “Ctesiphon” en Palma del Río. 1953.
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