Resumo
Los procesos de colonización a lo largo de la historia de la humanidad han respondido a circunstancias muy distintas, pero siempre vinculadas directamente al campo y al agua. España, en la primera mitad del siglo XX, ha sido, junto con una gran parte de países a nivel mundial, un lugar de encuentro de procesos colonizadores, desarrollados localmente, orientados a repoblar y asegurar un autoabastecimiento mínimo para las familias campesinas más empobrecidas. El régimen franquista, mediante su Instituto Nacional de Colonización, produjo numerosos ejemplos de nuevos pueblos cuyo fin era dar cobijo a buena parte del sector agrícola, siendo Extremadura una de las regiones donde este proceso fue llevado a cabo con mayor profusión. Entre los numerosos ejemplos con que nos deleita la geografía extremeña destacan los proyectados por el arquitecto Alejandro de la Sota, que construyó tres de estos pueblos en la región: Entrerríos, La Bazana y Valuengo. Estas poblaciones constituyen un patrimonio material e inmaterial innegable que se hace necesario estudiar, conservar y difundir, al tiempo que se debe conjugar con las actuaciones necesarias para adaptar estos bienes a los nuevos usos bajo la tutela de la administración y con el beneplácito de la sociedad.
Ver tesis