Jaime Ferrater Ramoneda : el arquitecto como intérprete de un paisaje cultural

Autor: Bruno Aniorte, María José
Data: 2021
Diretor: Trovato, Graziella; Ibáñez Montoya, Joaquín
Universidade: Universidad Politécnica de Madrid
Escola o Faculdade: ETSA Madrid
Departamento: Departamento de Composición Arquitectónica
Fonte: Archivo Digital UPM

Resumo

En 1957, la empresa italiana de licores Martini y Rossi encarga el proyecto de su nueva factoría en Madrid a un joven arquitecto catalán afincado en la capital: Jaime Ferrater Ramoneda. Bajo las limitaciones que el régimen de la época imponía a través de su programa de autarquía económica, Ferrater, con un lenguaje marcadamente racionalista, supo encajar todos y cada uno de los elementos que el programa le demandaba dentro de una parcela irregular, adaptándose de manera brillante a la escasez de materiales. A pesar de unas condiciones precarias en la España de mediados del siglo XX, y en un momento histórico marcado por la tímida apertura a capital extranjero tras años de ostracismo, fue capaz, sin embargo, de crear un icono vanguardista y moderno vigente hasta nuestros días. Las razones que han llevado a estudiar la obra completa de Jaime Ferrater fue su total desconocimiento, tanto a nivel profesional como académico. ¿Cómo era posible que, siendo el autor de uno de los mejores ejemplos de arquitectura industrial en Madrid, con su fábrica de Martini, no fuera conocido? Resultaba imprescindible buscar todos los expedientes que engrosaban su labor como arquitecto para, a continuación, ir analizando cada uno de ellos. En su primer proyecto, demostró su capacidad de adaptación a las circunstancias. Y esa capacidad la ejerció durante toda su trayectoria profesional coincidiendo con una época clave en el desarrollo de la ciudad de Madrid. A través de la variedad de los encargos recibidos y de su visión a la hora de abordarlos, asistimos a un fragmento de nuestra propia historia. Desde un cinematógrafo en el barrio periférico de San Blas, con capacidad para más de 1.700 espectadores, en el año 58, hasta el primer edificio en altura construido con panel sándwich, en el año 76, pasando por una estación de servicio en 1960, coincidiendo con la revolución del utilitario en España, cuyo diseño resulta novedoso, tanto estructuralmente como en la disposición de los surtidores, remarcando el comienzo de una nueva era. Proyecta y construye numerosas colonias de viviendas sociales, donde muestra un continuo interés por las corrientes del momento y la problemática que se discute fuera de nuestras fronteras, aplicando los postulados que los miembros del Team X defendieron desde el norte de Europa y que ape-nas prosperó en Madrid, haciendo hincapié en el espacio entre edificaciones, algo poco usual en las grandes intervenciones urbanísticas que, desde la Obra Sindical del Hogar, se estaban realizando durante los años 50 y 60 del siglo XX. Aborda el diseño de las colonias desde el punto de vista del que las habita, reforzando la escala humana, cuidando los espacios exteriores comunes, transformando los áridos solares en agradables zonas ajardinadas donde los niños puedan jugar, con el firme propósito de crear barrio a través de la identidad y el espíritu de pertenencia de las personas que forman esa comunidad, en claro paralelismo a las ideas que Aldo Van Eyck aplicaba tanto a sus obras como en sus textos1. Todo ello, bajo la presión de un ajustado presupuesto. También recibió encargos por parte de la Iglesia y de la Administración, realizando para esta última un proyecto que, de haberse construido, habría aportado a la metrópoli un claro ejemplo de arquitectura organicista. En todos y cada uno de sus proyectos muestra un notable interés por los moradores que habitarán sus casas y por el terreno donde se asientan, optimizando las posibilidades con los mínimos recursos, en definitiva, aplicando una correcta ordenación del territorio. Haciendo este recorrido cronológico de su obra, descubrimos a Jaime Ferrater Ramoneda como constructor de ciudad, donde interpreta, a la vez que conforma, un paisaje cultural enmarcado entre los años 50 y 70 del siglo XX en Madrid, época, por otra parte, emergente de figuras brillantes y obras reconocidas y ampliamente estudiadas. Ferrater interpreta este paisaje cultural aplicando a sus proyectos y reflejando en ellos los cambios que se iban produciendo, tanto en la economía como en la sociedad. Asimismo, conforma un paisaje con los resultados obtenidos de esa interpretación. No construye hitos sino una pequeña muestra de ciudad en toda su extensión debido a la gran variedad de encargos recibidos. De ahí el sentido y jus-tificación del título de esta Tesis Doctoral.

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