Resumo
¿Cuál es la verdadera tarea de la arquitectura? ¿Qué papel debe desempeñar la técnica en ella? ¿Cuál debe ser su relación con la naturaleza? Mies afronta la arquitectura desde de la incertidumbre que ella misma le suscita y busca las respuestas a través de la filosofía, la ciencia y la reflexión sobre los nuevos tiempos. El pensamiento impulsa su proceso de búsqueda y convierte sus proyectos en laboratorios de ensayo donde desarrollar y depurar los fundamentos, forjando un nuevo lenguaje para expresarlo. Durante su `etapa teórica´ (1921-24), sus proyectos ideales le permiten descubrir que la verdadera misión de la arquitectura es expresar el espíritu de su época; también que resulta imprescindible aplicar los principios generales (tecnología, economía, `finalidad´, etc…) a partir de las condiciones del entorno, puesto que sólo a través de su relación con la naturaleza el hombre expresa su escala de valores. Su estrategia entonces consiste en extender e irradiar los proyectos sobre el territorio, enraizándolos en él y diluyendo las fronteras dentro-fuera hasta construir un espacio continuo integrado por ambos, como la Casa de campo de ladrillo. A lo largo de los múltiples espacios expositivos que en su `etapa experimental´ (1927-37) diseña con Lilly Reich, Mies emplea los últimos avances tecnológicos para amplificar la experiencia de la naturaleza generando espacios continuos donde interior y exterior se entremezclan, no sólo a través de los vínculos físicos que establece en con el paisaje, sino también mediante secuencias visuales que se intensifican amortizando las cualidades de los materiales y los nuevos sistemas constructivos. Durante esta fase se produce una importante depuración del lenguaje – que evoluciona de la poesía de la lujuria del Pabellón de Barcelona (1929), hacia la poesía de lo esencial; de la dramatización de la naturaleza, a su enaltecimiento – alcanzando su máxima expresión durante su `etapa americana´ (1938-69), en la Casa Farnsworth (1945-51); que construye con los elementos imprescindibles, pero sobre todo con la propia naturaleza. No establece vínculos físicos con el entorno, habita directamente en él. Este modo de entender la arquitectura como mínima definición volumétrica, aplicando la técnica para habitar y ordenar el paisaje, permite a Mies trasladar su sentido universal del mundo también a la alta densidad, como sucede por primera vez en las torres de los Apartamentos 860-880 de Lake Shore Drive (1948-51).
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