
A pesar de su enorme influencia, la Bauhaus no nace como escuela de arquitectura ni tuvo un departamento dedicado a ella en su inicio. Su objetivo fundacional era repensar la enseñanza de las artes aplicadas y plantear unos gustos estéticos alternativos a los de la sociedad burguesa decimonónica. La Bauhaus sentó las bases de lo que conocemos como diseño industrial: si los objetos decorativos habían sido artesanales y únicos, con la revolución industrial pasan a ser repeticiones infinitas de un “modelo” o diseño, y su funcionalidad pasa a ser un elemento clave. La escuela, con Gropius al frente, estableció una nueva estética que se aplicaría a todos los objetos que nos acompañan en nuestra vida diaria y establecería los fundamentos académicos de una nueva arquitectura coherente con esta nueva estética “cotidiana”.
