Aunque a menudo nos referimos a la aparición de la arquitectura moderna como momento de ruptura con la arquitectura anterior, no existe un hecho histórico relevante que se pueda tomar como origen, tampoco una obra de arquitectura que se pueda considerar fundacional.
“La arquitectura moderna se desarrolló hace menos de un siglo para reconciliar una visión idealizada de la sociedad con las fuerzas de la Revolución Industrial. Aunque provocó drásticas rupturas con el pasado, permitió también que los principios básicos de la arquitectura se replanteasen de nuevos modos”.[1]
[1] Prefacio de la primera edición. CURTIS J.R., William, La arquitectura moderna desde 1900 [1982], Phaidon Press Limited, Londres, 2006 (tercera edición revisada, actualizada y ampliada), pág. 7.
Historiadores y críticos se han ocupado de trazar los caminos de los que deriva el nacimiento de la arquitectura moderna, ya sea por la necesidad de contextualizarla en una historia más amplia de la arquitectura y el arte, o para tratar de desambiguar el término. Una buena forma de empezar a definir de qué hablamos cuando nos referimos a arquitectura moderna es tratar de explicar cuándo, cómo, dónde y porqué aparece.
La respuesta no es única: los grandes historiadores de la arquitectura van a buscar los orígenes en distintos momentos y lugares, y presentan algunas coincidencias y no pocas variantes o versiones alternativas. La mejor forma de arrojar luz sobre el tema es darlas todas como buenas (y complementarias) y ninguna como categórica.