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Obra del arquitecto Porfírio Pardal Monteiro, esta construcción singular fue el primer edificio moderno de la principal avenida de Lisboa, y la primera obra arquitectónica proyectada desde un principio para un periódico en Portugal. De planta rectangular, con sótano y 6 plantas, este edificio posee en su interior diversos patios que le otorgan un ritmo muy específico y peculiar: se trata de la primera coyuntura constructiva de un edificio mixto de industria y oficinas con un frente claramente urbano. La fachada está totalmente revestida de sillares de piedra, mostrando en su parte más alta una forma de torre poligonal, cortada por los huecos de las ventanas y que termina en forma de letrero luminoso gracias a su prisma hexagonal. El plano de la planta baja de este inmueble que interrumpida por dos puertas coronadas por una marquesina, mientras que el resto de las plantas poseen ventanas sencillas, rodeadas por un conjunto de pilares y molduras, rematados todos ellos por una terraza cubierta, a modo de pórtico. La fachada principal de este edificio, rematada por una cornisa arquitrabada, es más alta que el resto de los volúmenes, rematados por barandillas.

Debe señalarse, también, la fachada trasera, proyectada con un lenguaje más depurado, destinada funcionalmente a los servicios de tipografía. En lo que respecta al patrimonio incluido en el edificio, son dignos de mención los frescos firmados por Almada Negreiros –Grande Planisfério y Quadro alegorias a Portugal e á Imprensa– que se encuentran en su interior, tanto en la entrada como en su vestíbulo principal. También debe mencionarse el hecho que este edifico mereciese el Premio Valmor en 1940.
Sandra Vaz Costa