Iglesia de Campuzano

El centro parroquial adapta su programa a una parcela triangular, combinando en su planta dos ejes; el primero viene definido por la geometría del óvalo en la iglesia con un eje principal este-oeste; el altar, que se eleva media planta para colocar la capilla-sagrario debajo, visible desde la nave y los accesos; el eje secundario, perpendicular al primero, define el tercer vértice (baptisterio) de planta circular. Iglesia y baptisterio están separados por un jardín en la planta baja que actúa de filtro, y una pasarela en la primera planta que comunica de forma diversa y compleja los espacios secundarios del centro parroquial sin que los recorridos interfieran en los actos rituales. La rotunda volumetría se traslada a su imagen exterior, matizada por las aberturas, en los accesos y las vidrieras, con entradas de luz muy estudiadas en cuanto a la posición y el tamaño, de modo que permiten organizar y graduar los espacios.

La construcción se remata con unas cubiertas de hormigón visto, con un alero perimetral que sigue un arco ascendente, sin apoyarse explícitamente en el muro, creando una línea de luz perimetral. El edificio se construye con pocos materiales sencillos aprovechando todas sus propiedades formales y expresivas: hormigón armado en la cubierta, que ordena las jácenas de canto hacia el interior en el tramo central de la iglesia, y por encima de la cubierta, en los laterales, contraponiendo la estructura metálica del baptisterio con cerramientos de vidrio; de esta forma la simplificación estructural y constructiva se trasforma en complejidad espacial y visual.
José Ramón Fuente López