Hotel Ticasa

Respondía inicialmente a un complejo programa de alojamiento de carretera, que incluía estación de servicio con taller, cafetería y restaurante con habitaciones, motel y aparcamientos. La austera pieza de la gasolinera, mantenía en gran medida un proyecto de ingeniería previo. Fue en el resto de construcciones donde el arquitecto trabajó con una mayor creatividad, agrupándolas en torno a una zona ajardinada con una piscina central.
El motel, con 28 habitaciones, adopta una singular forma en cuarto de círculo derivada de la curva de la calle del aparcamiento de camiones, tras la gasolinera. Es un bloque de dos plantas con acceso superior desde dos escalerillas metálicas laterales. El restaurante, ligeramente elevado sobre el terreno y totalmente acristalado, está hábilmente diseñado para poderse dividir en dos zonas independientes, comunicadas respectivamente con el bar de la gasolinera y la cafetería del motel. Un discreto volumen anexo más bajo, en ladrillo, alberga las cocinas. La pieza más llamativa es la cafetería, visible desde la carretera y flanqueada por una alta torre formada por una escalera metálica que, en un gesto casi constructivista, sirve de apoyo al rótulo luminoso.
Federico Iborra Bernad y Maite Palomares Figueres