Hotel de viajeros Castilla

La distribución se basa en situar la entrada en la esquina, en el encuentro de ambas calles, creando un eje a 45º. Esta decisión organiza todo el programa, el núcleo de escaleras se coloca a continuación, asociado a un patio. Esto genera una comunicación alrededor de este elemento, pero generando dos piezas en L de distinta importancia. La que se sitúa cerca del exterior, es donde se colocan la mayoría de las habitaciones. Y la otra, pegada a las medianeras, alberga el servicio: Así las habitaciones dan a la calle, aprovechando la orientación este. La última planta se destina al servicio interno, además de la creación dos grandes terrazas que sirven para iluminar las zonas de lavadero y plancha.

La composición de la fachada viene dada por la idea de resaltar la esquina del edificio. Ésta se curva y genera una suave transición entre ambas calles, la colocación de una ventana curva remarca aun más la idea de proyecto. La entrada se cubre con un alero de hormigón y unas desbordantes escaleras que sobresalen buscando al viajero. Las fachadas laterales se organizan en bandas horizontales, remarcadas por la diferencia de grosor del aplacado, produciendo líneas de sombras.
Sara Pérez Barreiro