Fábrica Enmasa

La situación de esta fábrica en la periferia de la ciudad permite la ordenación libre de los volúmenes y la incorporación del espacio exterior como uno de los elementos más importantes de este proyecto.

La disponibilidad de amplias zonas libres hace que los volúmenes de la fábrica se conviertan en límites visuales más que en objetos físicos y que se introduzca una componente dinámica en el espacio exterior.

El edificio expresa su propia vocación constructiva para desarrollar su lenguaje, evitando el uso generalizado del revoco que ocultaba la construcción en la mayoría de los edificios anteriores a la II Guerra Mundial. El programa se organiza a partir de dos tipos de edificios. Las oficinas se distribuyen a lo largo de unos edificios lineales, construidos en hormigón, que se extienden en varias direcciones configurando los accesos, calles y plazas de todo el complejo industrial, de un modo mucho más variado y dinámico que en el espacio urbano tradicional. Los talleres ocupan nave mucho más ligera, construida con estructura metálica, sobre la que se apoyan los dientes de sierra que iluminan el espacio interior de una manera uniforme.
Xavier Llobet i Ribeiro