Fábrica de ladrillos refractarios de Viella

Narciso Álvarez Antón, perito industrial, proyectó una nave en 1958. La necesidad de intervención de un ingeniero superior propició el proyecto de Ildefonso Sánchez del Río, quien dio un giro total al proyecto, resultado que se puede contemplar en la actualidad; la chimenea es el único elemento que se ejecutó finalmente por el primer proyectista y promotor.

La nave, rodeada de edificaciones de nulo valor arquitectónico, está actualmente en desuso y presenta un estado generalizado de abandono, si bien no parece tener graves problemas estructurales. La bóveda atirantada que la cubre tiene una longitud de unos 48 m y una morfología muy plástica.

Está resuelta con una estructura laminar que nos muestra, por su planteamiento y resolución, un perfecto conocimiento del hormigón armado. Está formada por 12 “arcos onda”, constituidos a su vez por “dovelas-onda” de un ancho de 4 m, que se apoyan en dos pórticos –cada uno de ellos constituido por 13 pilares– situados en las fachadas principal y trasera de la edificación. De este modo se reduce el pandeo y se aprovechan las ventajas de resistencia que ofrece la doble curvatura conseguida, que permite salvar una luz que se sitúa entre los 25 y los 30 m.
Enrique Escudero Fernández