Escola Garbí

La escuela consta de parvulario, escuela primaria y secundaria. En su inicio, las instalaciones acogían a 400 alumnos, pero más tarde fue ampliada para acoger 840. La construcción de la primera fase (1962-1965) del programa fue llevada a cabo en colaboración con un grupo de educadores que buscaban alternativas al aula tradicional, lo que dio origen a una disposición de los espacios docentes alrededor de un área central abierta, a modo de plaza urbana, que era utilizada como comedor. 

Poco después de su inauguración, se iniciaron las obras de ampliación (1967-1968). La idea original, basada en el área central, se mantenía, añadiéndose una calle escalonada al aire libre desde la nueva entrada, en lado opuesto de la escuela. El espacio interior se usó para enseñar y aprender, con el objetivo de combatir el aislamiento del aula y crear un sentido de escuela como comunidad social. Debido a la disposición del solar, el tejado fue diseñado para llevar a cabo actividades de enseñanza y juego. El espacio común, con su analogía urbana, se transformó en una sucesión de calles y plazas interiores y exteriores. La técnica de ampliación se apoyó en la poca rigidez compositiva del edificio. 

La Escuela Garbí se organiza en torno a un gran espacio de uso polivalente. En su perímetro, se dispusieron las aulas en tres plantas, en los lados este y sur, y las áreas de servicio, talleres y administración, en las otras orientaciones. Las clases de párvulos se situaron en el nivel inferior, con acceso directo al jardín. El proyecto persiguió minimizar los espacios de circulación para convertirlos en áreas docentes, destinadas a actividades de pequeños grupos, vinculando las aulas y el espacio central. Al sureste se construyó una piscina cubierta y un gimnasio, separados de la actividad de la escuela

El espacio central constituía un volumen prismático en el que se concentraba el mayor esfuerzo estructural: grandes cerchas metálicas salvaban la totalidad de su anchura y proporcionaban la máxima diafanidad para su uso polivalente. En contraste, las aulas se disponían de manera quebrada en el perímetro, definiendo, en el interior, espacios intermedios de escala contenida y, a su vez, reduciendo en el exterior el impacto visual del edificio

En el interior, la solución constructiva es sencilla: estructura de hormigón vista, con adopción de pilares de hormigón armado y bloques para dar cierta flexibilidad a posibles futuros cambios. La carpintería de madera con barniz natural y las tejas vidriadas que se utilizaron en el conjunto complementan a las piezas de obra vista.

Adjunto a la escuela primaria, se diseñó más tarde un edificio independiente para los estudiantes de secundaria. Se trata de un bloque de aulas con forma de cubo, con una estructura de eje transversal que suspende las aulas sobre la sala plurifuncional sin pilares en la planta baja.

Joan Olona