Embajada de Alemania

La embajada alemana se organiza a partir de dos edificios, uno longitudinal con fachada a la calle Fortuny, de cuatro plantas, que aloja las oficinas y despachos de la representación diplomática, y otro de dos plantas sensiblemente cuadradas en torno a un patio central, que alberga la residencia del embajador y que se halla situado exento en el centro del jardín pero unido al anterior mediante una pequeña terraza a nivel de la planta principal. Este esquema permite poner en valor el jardín, con proyecto del paisajista A. Reich y reforma de Pedro de Diego, que se complementa con los patios ajardinados interiores, justificándose en la memoria del proyecto el empleo de materiales típicos del país y la región: granito, celosías, materiales cerámicos, etc. También intervino el escultor F. Koenig. El conjunto resulta perfectamente encajado en la Castellana y mantiene el volumen de los primitivos palacios de la zona dentro de una concepción arquitectónica actual, restaurándose –como único resto conservado del antiguo palacio de los duques de Santa Elena, sobre cuyo solar se levanta–- el pabellón-mirador situado en la confluencia del paseo de la Castellana con la calle Zurbarán.

Equipo redactor Arquitectura de Madrid y Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid. Revisión y adaptación: Servicio Histórico, Fundación Arquitectura COAM: Alberto Sanz Hernando. Colaboradoras: Margarita Suárez, Beatriz Gutiérrez, Miriam Martín, María José Mier y Silvia Mata