Edificio H. P. Olsen

Este edificio, situado en un barrio que ha sufrido una fuerte densificación, pertenece al conjunto de interesantes proyectos de vivienda colectiva y de edificios entre medianeras diseñados por Marrero, entre los que se cuentan los edificios Izquierdo, Marrero Regalado, Víctor González, Caulfield, Lecuona y otros, en alguno de los cuales colaboró el arquitecto alemán Rudolf Scheneider. Se proyectó inicialmente con dos plantas y su evolución fue compleja. Se amplió en 1941 a una construcción de cuatro plantas destinadas a viviendas, fábrica y garajes. Nuevamente se reformó y se amplió en 1948 y 1951. Lo que ha subsistido de la construcción es el estrecho cuerpo de viviendas con cinco plantas de altura, en el frente de la calle Álvarez de Lugo.Estas construcciones, de acuerdo con la diversidad formal de la que hace gala Marrero, se adscriben a las diferentes líneas estilísticas que conviven en el racionalismo de los años republicanos, ya sea el dinamismo mendelsohniano, la rigidez cubista o la planimetría loosiana.

La edificación es una excepción en su tratamiento de la esquina. Debido a sus proporciones, no puede configurarse con la tipología clásica de chaflán, tan utilizada por Marrero. La composición de las fachadas, de depurado diseño, se resuelve con el juego de los cuerpos en voladizo, bien cerrados o abiertos correspondiendo con los balcones, formando las clásicas llaves racionalistas en cerrada simetría, y con la combinación de las diferentes texturas, rugosa, lisa o moldurada. La fachada se formaliza por medio de una clara diferenciación de las plantas. La planta baja, recubierta de un acabado rugoso tipo tiroliano, se trata como un cuerpo aparentemente cerrado, un zócalo, mientras que a última planta lo hace con amplios y aparentes planos de cubierta sobre esbeltos pilares circulares, escasamente visibles desde la calle. Entre los elementos más destacados de la composición, cuenta con las usuales molduras repetitivas, a las que se adscriben con facilidad los arquitectos racionalistas canarios; y resaltan también las ventanas de guillotina y las escuetas rejas de pletinas metálicas. La estructura sustentante es la característica en esos años: pilares y losas de hormigón armado con cerramientos de muros de piedra tosca y ladrillo.
Fernando Beautell