Caja de Ahorros de Castellón

El edificio se construyó sobre una parcela en esquina del centro de la ciudad, encorsetada por calles estrechas y rodeada de edificios tradicionales. Se introdujo un volumen prismático principal y otro menor adosado, correspondiente a los elementos de comunicación vertical, retranqueado para separarse de la medianera. En las plantas se mantiene esta diferenciación de usos por bandas, con la ayuda de un patio en continuidad de esta zona de servicio. Es interesante la organización de los accesos, con una entrada pasante junto a la escalera principal y otras puertas independientes para los locales de los entresuelos.
La idea del prisma viene enfatizada por la regularidad de la estructura, resuelta con una temprana losa reticulada de hormigón. Sin embargo, en las fachadas se pierde parcialmente esta sensación unitaria, porque están resueltas de modo distinto. Así, en el frente principal se levantó un muro cortina, con subestructura vista de aluminio anodizado, de clara evocación miesiana, mientras que en el alzado lateral se prolongaron las franjas de las ventanas y se cegaron los antepechos, quizá en un guiño hacia las vanguardias de la década de 1920.
Federico Iborra Bernad y Maite Palomares Figueres