Memória
Integrada en la red industrial de la Avenida Infante D. Henrique, esta unidad fabril dedicada al tratamiento y preparación de la lana, se adapta al acentuado desnivel del solar, construyéndose los diferentes edificios sobre una parcelación preexistente que forma una especie de U gigante.
Parafraseando a Le Corbusier, debe afirmarse que la fábrica del Consorcio lanero forma parte de una búsqueda adecuada de soluciones formales que respondan a meros propósitos funcionales: de este modo estaremos en el buen camino para proyectar una fábrica tipo para una necesidad o función tipo.
Con un programa subyacente que integraba las funciones de almacenamiento, selección, lavado, secado, cardado, peinado, algunas oficinas y la central de vapor, las opciones se inclinarían finalmente por un juego formal heterogéneo que respondiese económica y racionalmente a los requisitos programáticos existentes. El almacén de lanas sucias (1951), que se caracteriza por su dos grandes naves, se yergue con arrogancia sobre el conjunto fabril. En la zona de mayor desnivel le sucede un edificio de selección y lavado (1951) que presenta tres tipos de pavimento –aprovecha el gran hueco natural e integra la verticalidad de las fases de producción–. Este edificio, morfológicamente ubicado, termina con una sola altura en su zona este, consolidando y dejando adivinar el volumen horizontal que alberga los procesos de cardado y peinado (1952), cuya actividad se extiende por las diferentes naves a través de numerosas y disciplinadas máquinas. La central de vapor (1953) está ubicada en la zona sur del edificio de selección y aparece aislada, pero cercana a las fases de producción y lavado.
De la gramática formal utilizada destacan las soluciones relacionadas con la iluminación. La zona de selección, en su piso superior, se abre al norte mediante una nave marcada por una rítmica apertura de huecos suavizada por la triangulación estructural del hormigón armado, lo que confiere una perfil dinámico a la cubierta, señalando la excelencia de la luz interior. También en el edificio de cardado destacan las soluciones de iluminación cenital, recurriéndose a la tradicional cubierta de diente de sierra, y afirmando su innovación constructiva mediante la utilización de un juego de triángulos prefabricados, moldeados en hormigón armado, dando lugar a una volumetría rítmica que remata plásticamente la horizontalidad del volumen. Deben mencionarse también las soluciones de las ventanas repetitivas ubicadas junto a las placas de la cubierta o los volúmenes cúbicos adosados que interactúan con algunos de los volúmenes mencionados.
Pero es en la exploración de la morfología espacial, al integrarla como premisa de la formalización del conjunto industrial funcional, donde se acentúa la modernidad de este proyecto, consolidando los valores contextuales de la obra.
Deolinda Folgado
Uso original: Indústria
Reportagem fotográfica:
Categoria: Nivel A
Registro: A arquitectura da indústria