Colegio Nuestra Señora del Pilar

Este colegio-jardín responde a los nuevos conceptos educativos gestados en la década de 1950 y se organiza en pabellones independientes concebidos para cuatro unidades por curso y rodeados de zonas ajardinadas anejas a otra mayor destinada a campos de juego y deporte. Según los autores, la superficie docente ha sido repartida entre pabellones y jardines, ambos de pequeñas dimensiones a la manera «hispana-árabe». Al interior se accede desde una calle privada, y por varios puntos a las galerías abiertas que unen entre sí todos los pabellones. La calle separa además las zonas de enseñanza de las de recreo y deporte. Una red de galerías visitables une todos los pabellones y por ellas se canalizan los servicios.

La iglesia parroquial es el elemento que singulariza el conjunto docente, de planta octogonal no regular, aunque simétrica y cubierta por un paraboloide hiperbólico sobre muros de ladrillo visto a dos caras, con bóveda de ladrillo y tirantes metálicos que forman las generatrices. Su cripta se proyecta como salón de actos del centro. El conjunto, construido en varias fases, se completa con una residencia para religiosos en la parte alta de la parcela, con fachada a la calle de Pío Baroja.
Mónica Fernández Ferreras. Servicio Histórico, Fundación Arquitectura COAM