Ciudad Cultural Generalisimo Franco

Los primeros bocetos de Tenreiro para este conjunto de edificios docentes son de 1936. Tras la guerra se retomó el proyecto con el nombre de «Ciudad cultural Generalísimo Franco». Los proyectos de los tres primeros edificios construidos se firmaron en noviembre de 1941: la Escuela de Magisterio, la Escuela de Comercio, –con la autoría de Antonio Tenreiro– y el Instituto masculino –proyectado por Eugenio Sánchez Lozano–. Las tres piezas muestran una modernidad matizada por elementos de recuerdo clásico, emparentada con la arquitectura institucional francesa de los años treinta.

El proyecto de la Escuela de Náutica será redactado por Tenreiro en 1948, y comparte con los edificios anteriores una misma pauta volumétrica, pero en su composición se incorporan elementos historicistas, estilizados, y una simetría estricta. Este edificio y el proyecto no construido del Conservatorio de Música y Declamación, de 1955, son el testimonio de la hostilidad existente respecto a la arquitectura moderna durante las dos primeras décadas de la dictadura franquista.

La fragmentación volumétrica, las asimetrías y el constante juego horizontal-vertical de la composición de cada edificio es justificada por su autor en la memoria de 1936 para obtener «la debida proporción y movimiento de masas generales y relación entre huecos y macizos», y evitar «el carácter cuartelero que suelen producir las grandes masas de edificios uniformes». Lo esencial de la concepción espacial y volumétrica del proyecto inicial se conservó en los tres edificios construidos a principios de la década de los años cuarenta.

En la memoria de proyecto de 1941 se alude a «la sencillez de las líneas de hormigón». Las fachadas concebidas como muros de carga de hormigón en masa, con los dinteles armados, y la clara organización de pilares y vigas en los interiores permiten abrir amplios vanos horizontales y mantener unos volúmenes de apariencia maciza.

La Ciudad Escolar no es sólo un conjunto de cuatro edificios, sino que su diseño implicaba la creación de un área urbanizada, en lo que entonces era la periferia de la ciudad, con la intención de ofrecer un sistema de zonas verdes, deportivas y de circulación. En 1947 se redactó un plan de urbanización, del que también fue autor Antonio Tenreiro, cuando todavía no se habían completado las obras del edificio de Magisterio. Este plan, que aportaba unidad al conjunto edificado, no llegó a construirse. Los trazados viarios, planteados con posterioridad, y los cierres que segregaron los espacios libres en áreas de uso exclusivo para cada uno de los edificios desdibujaron la concepción urbanística original.
Fernando Agrasar