Círculo de Recreo de Torrelavega

El edificio tiene un aire cercano a la escultura. Es un paralelepípedo puro, proporcionado y complejo, que se aligera mediante huecos y retranqueos en todo su perímetro. La luz modela el volumen mediante el uso del vidrio en grandes bandas dispuestas de forma asimétrica en el plano de fachada, que fracturan las esquinas y rehundien los testeros. De este modo el edificio se relaciona con su entorno mediante una extraña dualidad interior-exterior: protegido por el edificio, pero a la vez volcado sobre el espacio público.

La estructura de hormigón armado permite una distribución de planta libre que vincula aseos, accesos y escalera al interior de la parcela mientras que, al desplazar los pilares del plano de fachada, se consigue un espacio continuo y flexible vinculado a las fachadas en el que se desarrolla el programa.

El edificio se retranquea en planta baja y parece flotar sobre la parcela, separándose en su acceso de las construcciones vecinas con un patio amplio que multiplica el carácter exento de la pieza. La cubierta es plana, concebida como una terraza accesible y pública.

La combinación de materiales –hormigón, vidrio, madera y ladrillo– tanto en el exterior como el interior permite comprender el edificio como un espacio continuo que se desarrolla en espiral a través de todas sus plantas y fluye hasta la terraza-jardín de la cubierta plana.
Miguel Ángel Venegas