Centro de Educación Especial Fray Pedro Ponce de León

Obra abordada originalmente desde un plan municipal de asistencia a la subnormalidad en implantaciones periféricas, es un auténtico centro polivalente suburbano, a la vez colegio y centro asistencial. Se concibió según secuencias de espacios permeables y luminosos mediante la provisión de pequeñas unidades dotadas de luz cenital y ventanas a pequeños patios ajardinados, planteadas como aulas autónomas, pero relacionadas y volcadas a los espacios comunes de usos múltiples. Su principal valor reside en su capacidad definitoria de una tipología irrepetible, en una «arquitectura de autor» que se despega de los tipos escolares convencionales aunando especialmente la tradición empírica, de leve cariz brutalista, y la sensibilidad cultural del proyectista. Desde una plástica orgánico-racionalista en dinámicos desarrollos espaciales, sus muros de ladrillo se combinan con amplias franjas de luz alternadas con pequeños huecos (siempre con el niño como referente) y se cubre con superficies inclinadas de naturalista fluencia fundidas informalmente con la vegetación de los patios y recintos exteriores. Hay que resaltar las visiones o percepciones fragmentarias de composición muy libre, lo que realza su referido organicismo, destacando su proporcionada escala infantil, la luminosidad y el aparente desenfado del diseño, que, en el exquisito grafismo expresionista del proyecto, aporta delicadas connotaciones esenciales.

El colegio empezó a funcionar en el curso 1970-1971, habiendo recibido un premio de arquitectura por la especial configuración de su estructura, siendo el primer centro construido específicamente para este fin.

Equipo redactor Arquitectura de Madrid y Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid. Revisión y adaptación: Servicio Histórico, Fundación Arquitectura COAM: Alberto Sanz Hernando. Colaboradoras: Margarita Suárez, Beatriz Gutiérrez, Miriam Martín, María José Mier y Silvia Mata