Casa Vega Pereira

Por su situación, entre Las Palmas de Gran Canaria y Santa Brígida, y por sus condiciones ambientales, el monte Lentiscal-Tafira ha sido la zona residencial por excelencia de la capital de la isla. El cuerpo principal de la casa Vega Pereira, resuelto en tres alturas ligeramente escalonadas por el desarrollo de sus terrazas, se apoya en la suave pendiente del terreno y da prioridad a las vistas sobre la ciudad y el paisaje circundante, además de rentabilizar su emplazamiento en uno de los puntos más altos del monte. Los volúmenes aterrazados se resuelven con retranqueos sucesivos y con cerramientos más ligeros cuanto más elevados, con lo que se consigue que el importante volumen de la casa se incorpore al cuidadoso tratamiento de la vegetación del espacio exterior.

El repertorio formal y compositivo de su arquitectura racionalista simplificación volumétrica, huecos horizontales, volados limpios, etc. está presente ya desde los croquis del proyecto, y se manifiesta con brillantez en la materialización del edificio. Destacan la claridad y la eficacia en la organización interna de la vivienda, que quedan patentes en sus depuradas plantas. El cuidado en los detalles de la arquitectura doméstica de Miguel Martín pilares circulares exentos, carpinterías en ángulo, aplacados y despieces, escaleras y barandillas, cerramientos, celosías, zócalos, etc. está presente una vez más en esta pieza aislada.

El edificio muestra un buen estado de conservación, cuestión a valorar al tratarse de una pieza de arquitectura doméstica con setenta años de uso.
Antonio Suárez Linares