Casa Sobrino

Esta obra constituye una de las más rotundas, elocuentes y elegantes casas de Aravaca, referente de modos y fórmulas esenciales de la arquitectura de su autor, y uno de esos raros casos en donde la arquitectura se define como obra técnica desde el rigor, y como obra de arte desde el compromiso y sensibilidad del proyectista. Trazada desde la difícil simbiosis entre la racionalidad, el organicismo y el expresionismo estructural, y con una ejecución escrupulosa, sin flecos sueltos, la casa articula materiales, texturas, formas y función en feliz mestizaje.

La casi sensual materialidad de los muros de mampostería, de potente expresividad, junto con la fuerza y sólida tectónica del rasgo horizontal de las cornisas, a modo de pesadas y aéreas ménsulas de hormigón que arrojan dramáticos franjas de sombra, encuentran su contrapunto en el rasgo organicista de la secuencia, ligeramente ingrávida tras la pesadez estructural y material implícita, de bóvedas baídas de hormigón en prolongados vuelos de cubiertas, logrando una definitiva conjunción de morfologías dispersas a lo largo de la obra de Carvajal.

La gestualidad miesiana de la planta y su versatilidad funcional permitirían la reciente adaptación de la casa para sede de la oficina del Madrid olímpico, lo que resalta su camaleónica modernidad; destaca también la anticipada capacidad bioclimática del sistema de bóvedas, que, a modo de sobrecubiertas, forman cámaras de aire que facilitan las corrientes cruzadas, funcionando como protecciones climáticas para una complementaria regulación térmica.
Equipo redactor Arquitectura de Madrid Revisión y adaptación: Servicio Histórico, Fundación Arquitectura COAM