Casa Puig

La configuración espacial de esta casa unifamiliar se entiende a partir de un recorrido entre las diferentes estancias. Este itinerario se lleva a cabo a lo largo del eje longitudinal y en sentido ascendente. Las diferentes salas de estar se articulan a través de terrazas que acaban girando en espiral hasta llegar al laboratorio y dormitorio principal. Desde este dormitorio, es posible volver al inicio del recorrido por una escalera. Este paseo, a lo largo del eje longitudinal por las zonas públicas hasta llegar al dormitorio principal del piso superior, no incorpora los dormitorios secundarios, que se relegan al piso inferior. Para su acceso se utiliza el mismo eje longitudinal, desde la cota más baja, y no participan de la escenografía de las terrazas. 

El eje longitudinal aloja un doble espacio desde el que se desarrollan las diferentes salas y los muros desarrollan la envolvente. Estos muros se prolongan más allá del límite del espacio interior, con perforaciones y excavaciones, o inflexiones en planta y alzado, con ángulos de 30 o 45 grados. Todo ello, unido al revestimiento continuo del que son objeto, les dota un carácter abstracto. Sobre el esquema central, se suceden nuevas discontinuidades y relaciones visuales entre los espacios. La estructura formal se rompe y transgrede en múltiples ocasiones, por elementos menores que se yuxtaponen al modelo global.

Javier Sanagustín Canudo