Raimon Duran Reynals

Barcelona 1895-1966

Raimon Duran i Reynals formaba parte de una familia numerosa; quedando huérfano de padre y madre a una temprana edad, fue su tía quién se aseguró de que él y sus tres hermanos recibieran formación universitaria.

Duran i Reynals pertenece a la generación de arquitectos que transitó desde el novecentismo hacia los postulados racionalistas. En el inicio de su carrera, su arquitectura estaba plenamente alineada con los cánones clásicos que imponía el novecentismo, sin embargo, en sus obras siempre buscó situarse en los límites de este lenguaje. Precisamente, la simplificación y estilización de las formas arquitectónicas le acercaría, de forma progresiva y sin una ruptura aparente, al racionalismo arquitectónico.

A lo largo de su producción, clasicismo y racionalismo se combinan con idas y vueltas constantes, hasta llegar a confundirse ─en fachadas que permiten leerse compositivamente desde ambos lenguajes─ o oponerse radicalmente en obras coetáneas. Así, una obra monumentalista y de lenguaje academicista ─como el vestíbulo de la Estación de Francia que firma junto a Pedro Muguruza─ coincide prácticamente en el tiempo con la Casa Barangé, un chalé de líneas rectas, sin apenas decoración y reminiscencias náuticas. Precisamente el chalé Barangé, junto con algunas realizaciones de Josep Lluís Sert, se pueden contar entre las primeras obras racionalistas que se construyeron en la ciudad de Barcelona.

En definitiva, aunque habitualmente se simplifique su obra en cuatro etapas progresivas (novencistismo, racionalismo, clasicismo y vuelta al racionalismo), la realidad es que obras de estilos aparentemente irreconciliables conviven en el tiempo y en momentos alejados, convirtiendo esta ordenación en una simplificación sólo útil a efectos biográficos. El propio arquitecto afirmaba que intentó “dar respuesta, en cada caso, con el lenguaje que me parecía más apropiado”, sin un compromiso teórico o ideológico que lo vincule a un lenguaje o expresión arquitectónica concreta.

Antes de la Guerra Civil, cuando el novecentismo estaba en pleno apogeo y junto con un grupo de arquitectos entre los que se contaban Nicolau Maria Rubió i Tudurí, Adolfo Florensa o los hermanos Puig Gairalt, fue defensor de un lenguaje clásico con reminiscencias latinas y renacentistas, que tomaba a Brunelleschi como referencia. De esta forma se distanciaba de las arquitecturas tradicionalistas o ruralistas que se impusieron durante la dictadura de Primo de Rivera. Ambas corrientes, renacentista y ruralista, convivieron en la Exposición Internacional de 1929 de Barcelona, para la cual Duran i Reynals construyó el Palacio de Artes Gráficas ─hoy, Museo Arqueológico─ plenamente alineado con la primera.

En 1931, se asoció al GATPAC y, en los años de la República, firmó un buen número de obras adscribibles al racionalismo arquitectónico. Son especialmente relevantes sus edificios de viviendas plurifamiliares, como la Casa Cardenal, cuya composición constituye un potente alegato a favor de una nueva expresividad arquitectónica, más aún teniendo en cuenta que ocupa un espacio de gran visibilidad como es el Ensanche barcelonés. También son anteriores a la Guerra Civil los dos edificios que construyó para la familia Espona en Barcelona.

Al término de la Guerra Civil vuelve al lenguaje clásico, aunque se trata de un clasicismo distinto, más académico, canónico y menos experimental, al menos, de inicio. Es en esta etapa ─que concentra buena parte de su producción─ construye sus obras menos conocidas y estudiadas, quizá porque su nítido clasicismo genera, a priori, menos interés por parte de la crítica o la academia. Sin embargo, una mirada experta podrá reconocer en estas obras influencias que van desde la arquitectura georgiana inglesa, a los rascacielos de Chicago y, hacia finales de la década de 1940, una vuelta a aproximaciones más experimentales en la composición de las fachadas. En entornos suburbanos o rurales, sus obras se vinculan claramente a lo vernáculo y la arquitectura tradicional, con una depuración y simplificación de formas que, para algunos autores, la acercarían al punto de partida de la obra de José Antonio Coderch.

A partir de los inicios de la década de 1950, en otra parte aún poco conocida de su producción, vuelve a conectar con el movimiento moderno arquitectónico, esta vez muy influenciado por el empirismo nórdico y por obras como la casa Oller de Francesc Mitjans en la calle Amigó de Barcelona. Sin duda, hay que reivindicar de esta última etapa una obra poco conocida y valorada del arquitecto como es el Parador de Turismo en el paraje de Aiguablava en Begur, una obra relevante que demuestra que las aportaciones arquitectónicas de Duran i Reynals al racionalismo arquitectónico de posguerra merecen ser estudiadas con mayor atención.

Biografía a cargo de Roger Subirà

Bibliografía

TARRÚS, Joan, “Duran i Reynals: clàssic i eclèctic”, en Quaderns d’Arquitectura i Urbanisme 150, Barcelona, 1982, págs. 30-35.

PRATMARSÓ, Josep, “Raimon Duran i Reynals, arquitecte”, en Quaderns d’Arquitectura i Urbanisme 150, Barcelona, 1982, págs. 20-22.

ROVIRA I GIMENO, Josep M., “Raimon Duran i Reynals o la soledad de un corredor de fondo”, en Cuadernos de Arquitectura y Urbanismo 113, Barcelona, 1976.

RUBIÓ I TUDURÍ, Nicolau Maria, “El arquitecto Duran i Reynals, artista clásico”, en Cuadernos de Arquitectura 65, Barcelona, 1966, págs. 41-44.

 

Edifícios de Raimon Duran Reynals

5 edifícios

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