Nicolau Maria Rubió i Tudurí

Mahón, 1891-Barcelona, 1984

Aunque nació en Menorca, pocos personajes como Nicolau María Rubió i Tudurí ejemplifican el carácter cosmopolita barcelonés, ciudad en la que vivió, estudió y trabajó durante toda su vida. Tanto por parte de la familia paterna, como materna, Rubió i Tudurí contaba con numerosos familiares ilustres, entre los que se contaban varios profesionales técnicos, ingenieros y arquitectos. Su tío paterno era el arquitecto modernista Juan Rubió.

La carrera de Nicolau Maria Rubió i Tudurí, además de dilatada en el tiempo, es variada en las escalas y los objetos de trabajo e interés; especialmente brillante en la especialidad del diseño de jardines, aunque también muy relevante en el campo de la ordenación territorial, el urbanismo, la teoría y crítica ─tanto en el ámbito de la arquitectura como artístico en general─, la docencia, la labor desde la administración y, finalmente, la praxis más clásica de la arquitectura. Además, fue un personaje relevante del panorama intelectual y artístico de Barcelona durante las décadas centrales del siglo XX. Siempre fiel al espíritu intelectual del novecentismo, sus ideales estéticos y políticos se nutrían del mundo clásico, mostrando siempre un profundo respeto por lo que representa el mundo latino y mediterráneo en el conjunto de la cultura occidental. Como es propio del ideal novecentista, también era defensor y promotor de una cultura urbana vibrante, abierta y cosmopolita, abierto a las innovaciones culturales, especialmente de aquellas que provenían de Norteamérica (el cine, la música jazz, etc.). A menudo se destaca de su personalidad su capacidad de interesarse e integrar las distintas expresiones culturales de su tiempo, con un discurso intelectual internacionalista, enraizado en la historia, pero sin los sesgos identitarios propios de los nacionalismos. Fue autor de novelas, libros de cuentos y viajes, obras de teatro, etc.

En sus años de formación, tanto la escuela de arquitectura de Barcelona como durante los primeros años de su trayectoria profesional, fue clave el arquitecto paisajista y urbanista francés Jean-Claude Nicolas Forestier. Forestier, que fue discípulo de Haussmann, trabajó en Barcelona a partir de mediados de la década de 1910, donde llevó a cabo la adecuación paisajística de la montaña de Montjuïc para acoger la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. Precisamente el padre de Rubió i Tudurí, el ingeniero militar Mariano Rubió i Bellver, se estaba encargando de los grandes movimientos topográficos y la urbanización de la montaña.

Fue por la influencia de Forestier que Tudurí desarrolló su interés por el paisaje y la jardinería: a lo largo de su carrera fueron muy relevantes sus aportaciones en estos campos, especialmente en el arte de la jardinería. Tudurí contribuyó a asentar una disciplina que, en nuestro país, no recibía una atención equiparable a la de nuestros países vecinos. En el campo teórico escribió varios artículos que sentaban las bases para un modelo de jardín propio, mediterráneo e hispánico. Enseñó jardinería en la Escuela de Bells Oficis de la Mancomunitat de Catalunya. Fue director de jardines públicos de Barcelona, oficina desde donde emprendió obras de gran relevancia como el Turó Park, la plaza Francesc Macià, el parque de la Ciutadella, el Palacio de Pedralbes o, por encargo directo de Alfonso XIII, los jardines de varias embajadas españolas en el extranjero. Como profesional liberal firmó numerosos jardines privados entre los que destacan los jardines del Hotel Cap Sa Sal en la Costa Brava. Por todo ello, podemos afirmar que Tudurí es la figura más destacada de la jardinería contemporánea en nuestro país.

También fue relevante su aportación a una disciplina hasta el momento inexistente en España: la ordenación territorial. Invitó a España a expertos internacionales en la materia para dar conferencias y escribió importantes artículos que sorprenden por su sensibilidad hacia temas medioambientales. La Generalitat de Cataluña, durante los años de la Segunda República, le nombró responsable de “Planteamiento Urbano”, y bajo esta responsabilidad redactó el que sería el primer plan territorial del conjunto de Cataluña, el llamado “Regional Planning” o “Plan de distribución en zonas del territorio catalán”. Aunque la parte propositiva de este primer plan era muy limitada, el plano que dibujaba los espacios de protección de la naturaleza ─a los que llamaba “reservas” ─, coincide casi exactamente con el mapa de parques naturales existentes en la Cataluña actual.

En su papel como arquitecto, fue uno de los impulsores del primer racionalismo en nuestro país, aunque para algunos autores la expresividad de éstas primeras obras se vincula más a referentes procedentes de un imaginario no directamente arquitectónico: algunos de estos edificios tienen programas relacionados con innovaciones tecnológicas de gran impacto cultural como el cine ─construyó la sede, hoy desaparecida la Metro Goldwyn Mayer en Barcelona─ o la radio ─proyectó el primer pabellón para la radio de Barcelona en el Tibidabo─. Los interiores, hoy desaparecidos, de estos edificios recordaban a referentes cinematográficos como Metrópolis de Fritz Lang. En su serie de dibujos de 1930 titulada “La Barcelona futura”, imagina una ciudad llena de rascacielos, donde las avionetas se almacenan en grandes edificios en altura y donde el humo de las fábricas, iluminado por focos direccionados, nos remiten a imágenes del cine de la época. Más allá de estas primeras obras, Tudurí desplegó en sus edificios un repertorio decorativo nítidamente clasicista, propio del novecentismo. De hecho, su texto arquitectónico más relevante ─al que dió el tituló “Actar”─, es un alegato anti moderno, en el que rebate algunos postulados corbuserianos como el de la estética “maquinista” e “aerodinámica” aplicada a la arquitectura. A lo largo de su dilatada carrera firmó edificios en diversos estilos historicistas y otros, a menudo vinculados con la arquitectura del descanso y los inicios del turismo, donde la ausencia de decoración y de lenguaje arquitectónico, los vinculaba de nuevo al racionalismo arquitectónico.

Biografía a cargo de Roger Subirà

Bibliografía

  • RUBIÓ I TUDURÍ, Nicolau Maria, El jardín meridional, Tusquets Editores, Barcelona, 2006.
  • RUBIÓ I TUDURÍ, Nicolau Maria, La patria llatina. De la Mediterrània a Amèrica, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, Barcelona, 2006.
  • RUBIÓ, Margarita, Nicolau Rubió i Tudurí, Editorial Pòrtic, Barcelonal, 2001.
  • RUBIÓ I TUDURÍ, Nicolau Maria, Diàlegs sobre l’Arquitectura, Quaderns Crema, Barcelona, 1999.
  • RUBIÓ I TUDURÍ, Nicolau Maria, ACTAR, Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Murcia, Murcia, 1999.
  • RUBIÓ I TUDURÍ, Nicolau Maria, Del paraíso al jardín latino, Tusquets Editores, Barcelona, 1981.

Edifícios de Nicolau Maria Rubió i Tudurí

8 edifícios

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