Harino Panadera

La fábrica de pan Harino Panadera es un acertado ejercicio de racionalismo no ortodoxo, la pauta estilística dominante en la arquitectura vizcaína.

Araluce asume la influencia racionalista principalmente a través del expresionismo de las formas curvilíneas, de claras influencias mendensolianas, como solución para rematar el chaflán, y de la aproximación a la idea de ventana corrida como recurso para el tratamiento de los huecos. Otros recursos racionalistas son el juego compositivo de contrarrestar la horizontalidad y la verticalidad, la plaqueta de ladrillo, los barrotes curvos de los balcones y la disposición de cuerpos de miradores con balcón.

Hay que destacar también el acierto de Araluce a la hora de integrar este edificio industrial en el barrio de Santa Ana, una ciudad-jardín de la alta burguesía industrial vizcaína. Para ello ubicó la fábrica en el fondo del solar, de modo que el ruido de la maquinaria quedara lo más amortiguado posible y en el frente hacia la calle -la zona más comprometida- dispuso la vivienda del panadero, un garaje y el despacho de pan. Con esta solución conseguía ofrecer una imagen más “amable” a un edificio específicamente industrial, que estaba en consonancia con la exigencia del entorno residencial de alta calidad.

El edificio lo reformaron los arquitectos Juan Manuel Pazos y Ricardo del Campo entre 1986 y 1987, para transformarlo en un edificio de oficinas. Esta intervención adoptó una postura muy respetuosa y acorde con el planteamiento racionalista de Araluce.
Gorka Pérez de la Peña Oleaga