Viviendas Premio Aizpurua

Las viviendas se asientan en el terreno que ocupaba la huerta de la casa de los Peña, junto a la Iglesia de la Asunción. La accidentada topografía del solar, la proximidad de la fachada de la iglesia y la inclinación de la medianera con el solar vecino condicionan la solución adoptada. Las viviendas se disponen sobre un zócalo que articula el edificio con la calle, alberga los garajes y se esculpe mediante las escaleras que dan acceso a los portales. Sobre esta plataforma, las viviendas se ordenan siguiendo un perímetro dentado, fruto del giro de cada unidad de vivienda, del que resulta un volumen fragmentado con una cornisa quebrada. Gracias a ello, se favorece la integración del bloque en el casco urbano, al tiempo que se proporciona una mayor distancia a las visuales ortogonales de la fachada respecto al muro de la iglesia.

La fragmentación modulada que ofrece la planta se acompaña con una variación de las alturas, que refuerza el carácter orgánico de la intervención, acentuado el tratamiento de los balcones. Estos se resuelven mediante una sucesión ritmada de perfiles metálicos, a modo de envolvente virtual de perímetro irregular, que se extiende hasta el alero, dando continuidad al plano inclinado del tejado. Se trata de un recurso intencionado, al que se refiere el autor en la memoria del edificio del siguiente modo: “se ha cuidado con sumo interés este aspecto, para encajar la futura construcción debidamente en el casco urbano. Las casas existentes en Motrico no tienen unas invariantes definidas. Abunda, no obstante, el balcón como elemento decorativo, y a veces bajo el alero, y esto es común al país vasco, un balcón corrido. Se ha jugado con estos elementos componiéndolos con una variedad que se puede apreciar en los alzados. Esto, unido a las cubiertas de teja árabe a dos aguas y las medianeras vistas hará que el conjunto no desentone del resto”.

La organización de las viviendas responde a los principios del movimiento moderno. Su distribución es funcional y el esquema organizativo claro –separa la zona de dormir, la de vivir y la de servicios– y racional –agrupa los elementos húmedos en el centro de la planta. De ese modo, libera el perímetro de la vivienda –que puede ser recorrida circularmente–, al tiempo que permite simplificar las instalaciones de agua y saneamiento.  Completa este aspecto el rigor de la solución estructural, que establece una retícula ordenada de soportes, definiendo pórticos paralelos a la fachada, con luces reducidas, acorde a las limitaciones económicas imperantes.

Rocio Peña y Mario Sangalli