Hoechst Portuguesa

Proyectado como sede la empresa y lugar de producción de tintes, colorantes y pigmentos para la industria textil, el edificio de la antigua Hoechst Portuguesa se desarrolla dentro del ámbito de las premisas de la arquitectura racional, uniendo dos volúmenes en T. Una cortina de vidrio, uniforme y sugestiva, da fe de la pluralidad del programa, que distribuye en cuatro plantas las zonas de despachos, laboratorio químico de anilinas, zona de farmacia y dispensario médico. El segundo volumen se destina al almacenamiento de productos, con una plataforma de carga y descarga y zonas de pesado. Este aspecto programático se ve interrumpido, sin embargo, por una serie de detalles que enriquecen formalmente el conjunto y le confieren plasticidad. Así, extrae nuevas propuestas creativas de la alternancia de los efectos de luz y sombra sobre la fachada de vidrio, de la cubierta recortada que cubre la casa del guarda en la cota de terreno, de la vigorosa marquesina que señala la entrada del edificio, revestida de gresite de colores o, también, del trabajo plástico del pavimento exterior, un mosaico formado por cuadrículas. Pero se aprecia, sobre todo, en el tratamiento diferenciado de la primera planta, tanto por su revestimiento de baldosa cerámica pigmentada, que forma un dibujo, como por el retranqueo del paño de la fachada, que se aparta de sus funciones de soporte mediante un hueco continuo que traspasa, en extensión, los límites del propio edificio.
Rute Figueiredo