Fundación Batalón

Se encuentra en la parte alta del barrio pesquero de Cimadevilla, rematando el conjunto de edificaciones que se sitúan en el Cerro de Santa Catalina. Se trata del primer edificio racionalista que proyectó Díaz Omaña, sin tener en cuenta La Escalerona, proyectada un año antes. Sobre una parcela trapezoidal, el edificio se adosa al norte, en una posición exenta respecto a otras edificaciones, y se compone de un cuerpo fragmentado en varios volúmenes, con geometrías curvas, entre los que destaca la escalera. El edificio se encuentra expuesto a fuertes vientos del norte, y resguardado al sur, por lo que se abre a esta orientación, situando los accesos y espacios exteriores de la escuela. El edificio contaba en planta baja con el despacho de la profesora, los servicios higiénicos y el aula de clase orientada al sur e iluminada por una amplia vidriera y protegida por un cuerpo volado curvo en planta primera, donde se hallaba la vivienda de la directora. En la Segunda República, Gijón sufría el problema de la educación primaria, por lo que el indiano Honesto Batalón destinó parte de su fortuna a esta fundación de enseñanza gratuita para niñas pobres, sobre terrenos cedidos por el Ayuntamiento.
Juan Ignacio San Marcos Espinosa